Estamos
ya en período vacacional (aunque por el tiempo que tenemos en el
norte cualquiera lo diría) y le época se presta
a actualizaciones ligeras y de fácil digestión. Hoy voy a probar a
hacer una de esas cosas que no van con mi estilo (pero que hay que intentar de vez en cuando) y que consiste en hacer una lista o TOP 10.
En este caso, tal vez inspirado por mi anterior entrada, me voy a
centrar en las cualidades que caracterizan a los psicólogos y
psicólogas que consiguen los mejores resultados en su trabajo. Y no
se trata de preferencias personales, si no de aquellas prácticas que
han demostrado ser eficaces y contribuir al bienestar de los
pacientes. Por desgracia para las personas interesadas, no son
atributos que se aprecien a simple vista y es difícil utilizarlos
como criterios para escoger un buen psicólogo. En cualquier caso,
pueden ser de interés para quienes comienzan una terapia y tienen la
posibilidad de observar si su psicóloga sigue estas prácticas. Por
otro lado, creo que es de interés también para los profesionales preocupados por su desarrollo profesional.
Las
psicólogas clínicas más eficaces…
1.
Son capaces de formar y mantener alianzas terapéuticas sólidas con
toda una variedad de casos, especialmente con aquellos considerados
más graves o difíciles.
2.
Poseen características interpersonales que facilitan el cambio: son
más empáticos y capaces de transmitir a los pacientes que entienden
su forma de ver el mundo y las emociones que sienten; aceptan a las
personas tal y como son y se muestran auténticos en la relación con
ellas.
3.
Muestran una actitud altamente colaboradora, especialmente a la hora
de acordar las metas de la terapia y los medios para alcanzarlas.
4.
Monitorizan los resultados y la evolución de la terapia y utilizan
la información obtenida para hacer las modificaciones necesarias
cuando las cosas no marchan bien.
5.
Cuando hay dificultades en la alianza (“rupturas”), son capaces
de detectarlas a tiempo y “repararlas”.
6.
Son capaces de gestionar de forma eficaz las emociones negativas que
sienten ante ciertos pacientes, evitando actuar de forma
contraproducente guiados por aquellas.
7.
Son flexibles, adaptan sus métodos y procedimientos a las
características de cada persona, especialmente aquellas que han
mostrado influir en los resultados de la intervención: preferencias,
cultura, estilo de afrontamiento, expectativas, nivel de reactancia,
etc.
8.
Dudan de su propia competencia y eficacia de una forma sana y no
culpabilizadora ni ansiosa, con el afán de buscar soluciones
constructivas a los obstáculos que puedan aparecer.
9.
Practican, practican y practican. Dedican mucho tiempo fuera de su
horario laboral para mejorar sus habilidades terapéuticas de
diversas maneras: supervisando, revisando grabaciones de
sesiones previas, reflexionando sobre los casos, asistiendo a cursos,
leyendo artículos y libros…
10.
Se “basan en la evidencia”: están al día respecto a los
procesos, técnicas, principios terapéuticos y otros factores que
han demostrado ser importantes de cara al desempeño profesional. A
la vez, saben ser críticas y reflexivas con la información recibida
y con su propia práctica clínica.
Si eres una persona que está recibiendo tratamiento psicológico, ¿hace tu psicóloga/o este tipo de cosas? Si la respuesta es si, estás de enhorabuena: has encontrado un buen profesional. Si la respuesta es no, hay dos opciones: que a pesar de ello, notes que la terapia te está ayudando (en ese caso, ¡continúa!); o, por el contrario, que no estés mejorando y entonces es importante que sepas que no se trata de que "lo tuyo sea un caso imposible" y que tal vez ha llegado el momento de discutir estas cuestiones con la profesional o buscar otras alternativas.
Y si tú eres el profesional, ¿sigues estos principios terapéuticos? Si la respuesta es si, vas por el buen camino. Y si la respuesta es no, todavía estás a tiempo de comenzar a adoptar estas buenas prácticas en tu trabajo diario. Si no sabes por dónde empezar, tal vez te interese este curso que estamos preparando en Oviedo para dentro de unos meses.
Si eres una persona que está recibiendo tratamiento psicológico, ¿hace tu psicóloga/o este tipo de cosas? Si la respuesta es si, estás de enhorabuena: has encontrado un buen profesional. Si la respuesta es no, hay dos opciones: que a pesar de ello, notes que la terapia te está ayudando (en ese caso, ¡continúa!); o, por el contrario, que no estés mejorando y entonces es importante que sepas que no se trata de que "lo tuyo sea un caso imposible" y que tal vez ha llegado el momento de discutir estas cuestiones con la profesional o buscar otras alternativas.
Y si tú eres el profesional, ¿sigues estos principios terapéuticos? Si la respuesta es si, vas por el buen camino. Y si la respuesta es no, todavía estás a tiempo de comenzar a adoptar estas buenas prácticas en tu trabajo diario. Si no sabes por dónde empezar, tal vez te interese este curso que estamos preparando en Oviedo para dentro de unos meses.