El
pasado sábado se llevaron a cabo en todo el territorio español las
pruebas selectivas de acceso a la formación sanitaria especializada
de psicólogos, enfermeras, médicos, biólogas, químicos,
radiofísicos y farmacéuticas, en las que estaban inscritas más de
34.000 personas. La mayoría de la gente lo conoce como el “examen
MIR”, y así suele aparecer mencionado en la prensa. Realmente el
MIR es lo que hacen los médicos, pero existen otras especialidades
que tienen una formación específica, con sus propias siglas: PIR
(psicólogas), EIR (enfermeros), BIR (biólogos)... Hoy voy a
explicar un poco en qué consiste el PIR.
Foto de El Comercio
El
PIR nació hace más de 20 años en Asturias y
posteriormente se extendió a todo el estado. Para conocer un poco
cómo funciona, imaginemos que seguimos la trayectoria de un
personaje imaginario. Llamémosle Paula, por ejemplo. Paula terminó
en Junio de 2015 la carrera de psicología en la universidad de
Oviedo y está convencida de que ella quiere dedicarse a la
psicología clínica, a lo que la mayoría de las personas entiende
que hace una psicóloga: atender personas con trastornos mentales.
Como ya expliqué en otro lugar, actualmente la única vía para ser
especialista en psicología clínica y, por tanto, poder tratar
problemas de salud mental, es mediante la formación sanitaria
especializada del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad y Paula lo sabe. Así que cuando llega el momento
se inscribe en la convocatoria actual (todos los años hay una nueva
convocatoria nueva). Está algo preocupada porque este año solo se
ofertan 129 plazas y hay 4.000 personas inscritas. Va a tener que
enfrentarse a un examen tipo test de 235 preguntas (más otras 10 de
reserva), del que saldrá parte de su nota final (la otra vendrá de
su expediente académico). En el examen le van a preguntar acerca de
todas las materias que estudió en la carrera, desde psicopatología
hasta terapias, pasando por psicofisiología, evaluación psicológica
o psicología social. Se prepara durante meses estudiando muchas
horas al día, realizando un esfuerzo considerable. Finalmente, hace
un par de días hizo el examen y ahora le toca esperar a los
resultados.
Avancemos
un poco más en esta historia ficticia y veamos que va a pasar con
Paula en el futuro. Nos la encontramos muy contenta tras comprobar
que su puntuación está entre las 129 mejores de la prueba.
¡Enhorabuena! Ha conseguido obtener una plaza para hacer el PIR y
ahora le toca elegir destino. El sitio en el que haga la residencia
dependerá de su puesto en el examen, ya que cada uno de los nuevos
residentes elegirá a dónde quiere ir por orden. Paula está de
suerte, cuando llega su turno todavía queda libre una plaza de
psicología clínica en Gijón, que es a donde ella desea ir.
Así,
nuestra protagonista se embarca en su aventura personal. Firma su
contrato en el hospital, que irá renovando hasta los cuatro años,
momento en el que terminará la formación y obtendrá el título de
Especialista en Ciencias de la Salud. Durante esos años empezará a
formarse, pero no como un estudiante, ya que es una formación en la
que tiene que trabajar (“probablemente la mejor manera de
aprender”, dice ella) y tiene una serie de responsabilidades, así
como de deberes y derechos. En definitivamente, tiene un contrato
laboral y un sueldo. No es una becaria, ni una estudiante, está
trabajando como si ya fuera una psicóloga clínica y adquiriendo
muchísima experiencia.
Para
que puedan aprender de todas las facetas de la salud mental y conocer
todos los dispositivos de la red pública, Paula y sus compañeros
PIR van cambiando de centro de trabajo cada cierto tiempo.
Probablemente empiece estando 12 meses en un Centro de Salud Mental
de adultos, donde asista como observadora al trabajo de otros
especialistas y empiece a ver sola a sus propios pacientes (tal vez
se sorprenda cuando haga recuento pasado el año y compruebe que
atendió de forma autónoma a más de 100 personas). Los siguientes
seis meses los va a pasar en un Centro de Rehabilitación
Psicosocial, trabajando con trastornos mentales graves. Luego estará
una temporada tratando adicciones, conociendo atención primaria y la
imprescindible labor de nuestros médicos de familia (no siempre
suficientemente valorada, en mi opinión), participando activamente
en los programas hospitalarios de interconsulta y enlace, atendiendo
a niños y adolescentes en un Centro de Salud Mental Infanto-Juvenil,
en la unidad de hospitalización psiquiátrica con casos agudos y
urgencias... En algún momento tendrá varios meses para escoger a
dónde quiere ir, un sitio específico que todavía no conozca.
Quizás dude entonces entre el hospital de día de trastornos de la
conducta alimentaria y el servicio de atención psicosocial a la
mujer. O tal vez otro diferente; depende en gran parte de ella.
Además, espera con mucha ilusión el momento en el que pueda hacer
una “rotación externa”, es decir, pasar unos meses en un
dispositivo de fuera de Asturias (aún no se ha decidido si ir a
Buenos Aires, a Londres o a un prestigioso hospital madrileño).
Estamos
ahora en el verano de 2020 y Paula ha terminado su período como PIR.
¡Ya es Psicóloga Clínica! Dedica un tiempo a la reflexión y
piensa en todo lo que ha aprendido y todo lo que ha hecho. Se da
cuenta de que ha trabajado con adultos, con niños, con personas
hospitalizadas; ha visto urgencias; ha participado en programas de
drogas, de psicooncología, de trastorno mental grave... ha hecho
grupos de duelo, de depresión y de ansiedad; ha aprendido a hacer
buenas evaluación psicológicas, a diagnosticar y a tratar todo tipo
de problemas; ha aprendido cómo funcionan los distintos dispositivos
sanitarios; ha aprendido de psicólogos clínicos, psiquiatras,
enfermeras, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales,
administrativas, que han compartido en algún momento su camino. Pero
sobre todo se da cuenta que de quien más ha aprendido es de los
pacientes y usuarios. Ellos le han enseñado mucho más que algunos
libros (porque si, en este período ha leído muchísimo). Y aprendió
también de si misma.
A
nuestra amiga Paula ahora le queda un nuevo camino por delante.
Después del PIR se termina el contrato laboral y tiene que empezar a
buscar un trabajo. Pero esa es otra historia...
Esta
entrada va dedicada a todos los valientes que se presentaron el fin
de semana al examen, especialmente a los alumnos de AsturPIROviedo. ¡Mucho ánimo!
Para saber más sobre la formación sanitaria especializada pincha aquí.
Más información sobre el programa de Psicología Clínica (BOE) aquí.
Más información todavía en la página de ANPIR.
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