lunes, 8 de febrero de 2016

Conociendo el PIR desde los ojos de una residente

El pasado sábado se llevaron a cabo en todo el territorio español las pruebas selectivas de acceso a la formación sanitaria especializada de psicólogos, enfermeras, médicos, biólogas, químicos, radiofísicos y farmacéuticas, en las que estaban inscritas más de 34.000 personas. La mayoría de la gente lo conoce como el “examen MIR”, y así suele aparecer mencionado en la prensa. Realmente el MIR es lo que hacen los médicos, pero existen otras especialidades que tienen una formación específica, con sus propias siglas: PIR (psicólogas), EIR (enfermeros), BIR (biólogos)... Hoy voy a explicar un poco en qué consiste el PIR.

Foto de El Comercio

El PIR nació hace más de 20 años en Asturias y posteriormente se extendió a todo el estado. Para conocer un poco cómo funciona, imaginemos que seguimos la trayectoria de un personaje imaginario. Llamémosle Paula, por ejemplo. Paula terminó en Junio de 2015 la carrera de psicología en la universidad de Oviedo y está convencida de que ella quiere dedicarse a la psicología clínica, a lo que la mayoría de las personas entiende que hace una psicóloga: atender personas con trastornos mentales. Como ya expliqué en otro lugar, actualmente la única vía para ser especialista en psicología clínica y, por tanto, poder tratar problemas de salud mental, es mediante la formación sanitaria especializada del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y Paula lo sabe. Así que cuando llega el momento se inscribe en la convocatoria actual (todos los años hay una nueva convocatoria nueva). Está algo preocupada porque este año solo se ofertan 129 plazas y hay 4.000 personas inscritas. Va a tener que enfrentarse a un examen tipo test de 235 preguntas (más otras 10 de reserva), del que saldrá parte de su nota final (la otra vendrá de su expediente académico). En el examen le van a preguntar acerca de todas las materias que estudió en la carrera, desde psicopatología hasta terapias, pasando por psicofisiología, evaluación psicológica o psicología social. Se prepara durante meses estudiando muchas horas al día, realizando un esfuerzo considerable. Finalmente, hace un par de días hizo el examen y ahora le toca esperar a los resultados.

Avancemos un poco más en esta historia ficticia y veamos que va a pasar con Paula en el futuro. Nos la encontramos muy contenta tras comprobar que su puntuación está entre las 129 mejores de la prueba. ¡Enhorabuena! Ha conseguido obtener una plaza para hacer el PIR y ahora le toca elegir destino. El sitio en el que haga la residencia dependerá de su puesto en el examen, ya que cada uno de los nuevos residentes elegirá a dónde quiere ir por orden. Paula está de suerte, cuando llega su turno todavía queda libre una plaza de psicología clínica en Gijón, que es a donde ella desea ir.

Así, nuestra protagonista se embarca en su aventura personal. Firma su contrato en el hospital, que irá renovando hasta los cuatro años, momento en el que terminará la formación y obtendrá el título de Especialista en Ciencias de la Salud. Durante esos años empezará a formarse, pero no como un estudiante, ya que es una formación en la que tiene que trabajar (“probablemente la mejor manera de aprender”, dice ella) y tiene una serie de responsabilidades, así como de deberes y derechos. En definitivamente, tiene un contrato laboral y un sueldo. No es una becaria, ni una estudiante, está trabajando como si ya fuera una psicóloga clínica y adquiriendo muchísima experiencia.

Para que puedan aprender de todas las facetas de la salud mental y conocer todos los dispositivos de la red pública, Paula y sus compañeros PIR van cambiando de centro de trabajo cada cierto tiempo. Probablemente empiece estando 12 meses en un Centro de Salud Mental de adultos, donde asista como observadora al trabajo de otros especialistas y empiece a ver sola a sus propios pacientes (tal vez se sorprenda cuando haga recuento pasado el año y compruebe que atendió de forma autónoma a más de 100 personas). Los siguientes seis meses los va a pasar en un Centro de Rehabilitación Psicosocial, trabajando con trastornos mentales graves. Luego estará una temporada tratando adicciones, conociendo atención primaria y la imprescindible labor de nuestros médicos de familia (no siempre suficientemente valorada, en mi opinión), participando activamente en los programas hospitalarios de interconsulta y enlace, atendiendo a niños y adolescentes en un Centro de Salud Mental Infanto-Juvenil, en la unidad de hospitalización psiquiátrica con casos agudos y urgencias... En algún momento tendrá varios meses para escoger a dónde quiere ir, un sitio específico que todavía no conozca. Quizás dude entonces entre el hospital de día de trastornos de la conducta alimentaria y el servicio de atención psicosocial a la mujer. O tal vez otro diferente; depende en gran parte de ella. Además, espera con mucha ilusión el momento en el que pueda hacer una “rotación externa”, es decir, pasar unos meses en un dispositivo de fuera de Asturias (aún no se ha decidido si ir a Buenos Aires, a Londres o a un prestigioso hospital madrileño).

Organización anual recomendada para las rotaciones PIR


Estamos ahora en el verano de 2020 y Paula ha terminado su período como PIR. ¡Ya es Psicóloga Clínica! Dedica un tiempo a la reflexión y piensa en todo lo que ha aprendido y todo lo que ha hecho. Se da cuenta de que ha trabajado con adultos, con niños, con personas hospitalizadas; ha visto urgencias; ha participado en programas de drogas, de psicooncología, de trastorno mental grave... ha hecho grupos de duelo, de depresión y de ansiedad; ha aprendido a hacer buenas evaluación psicológicas, a diagnosticar y a tratar todo tipo de problemas; ha aprendido cómo funcionan los distintos dispositivos sanitarios; ha aprendido de psicólogos clínicos, psiquiatras, enfermeras, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, administrativas, que han compartido en algún momento su camino. Pero sobre todo se da cuenta que de quien más ha aprendido es de los pacientes y usuarios. Ellos le han enseñado mucho más que algunos libros (porque si, en este período ha leído muchísimo). Y aprendió también de si misma.

A nuestra amiga Paula ahora le queda un nuevo camino por delante. Después del PIR se termina el contrato laboral y tiene que empezar a buscar un trabajo. Pero esa es otra historia...

Esta entrada va dedicada a todos los valientes que se presentaron el fin de semana al examen, especialmente a los alumnos de AsturPIROviedo. ¡Mucho ánimo!

Para saber más sobre la formación sanitaria especializada pincha aquí.
Más información sobre el programa de Psicología Clínica (BOE) aquí.
Más información todavía en la página de ANPIR. 




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