jueves, 25 de octubre de 2018

¿Cómo mejorar los resultados en psicoterapia? Nuevo curso en Oviedo


Los días 23 y 24 de Noviembre vamos a tener un encuentro muy especial en Oviedo, en el Centro de Psicología Clínica Crecer. En esas fechas impartiré un curso de 12 horas dirigido a aquellas personas que dediquen al menos parte de su actividad profesional al complejo campo de la psicoterapia (o que se estén formando para ello) y que estén interesadas en mejorar su desempeño y sus resultados.

Desde luego, semejante objetivo no es objetivo fácil de alcanzar y sería deshonesto decir que con un curso de 12 horas uno va a convertirse en mejor clínico. No existen atajos ni soluciones mágicas para conseguirlo. Tampoco hay un método general que sirva para todos y cada uno de nosotros. Así que no, esta formación no promete resultados increíbles en poco tiempo. Nada de hype. Sin embargo, si que puede suponer el comienzo del camino que lleve a un desarrollo profesional satisfactorio.

Lo que vamos a ver es cuáles son los factores que contribuyen a conseguir que un mayor porcentaje de las personas que solicitan nuestros servicios acaben progresando en la consecución de sus metas y la resolución de los problemas humanos en los que se ven inmersos. Se trata de principios terapéuticos basados en la evidencia, es decir, que han mostrado de alguna manera su contribución al buen desenlace de la psicoterapia. Son aspectos transteóricos, no adscritos a ninguna orientación teórica determinada y que, por lo tanto, pueden ser integrados en la práctica clínica de profesionales que trabajen desde diferentes enfoques (¡incluidos los psicólogos clínicos marca ACME!).

He procurado que los contenidos sean lo más actualizados posibles y, en ese sentido, expondré datos importantes publicados este mismo año (¡algunos de fechas tan recientes como el mes de Octubre!) y que todavía no han recibido la atención y difusión que merecen en lengua española.

Me enorgullece mucho poder decir que el curso ha sido acreditado por la Comisión de Formación Continuada del Principado de Asturias, recibiendo 2,42 créditos para profesionales sanitarios, lo cual significa que reúne estándares de calidad suficientes como para que sea valorable posteriormente en el currículum de aquellas personas que asistan.

Así que si eres especialista en psicología clínica, PIR, estudiante, etc., y quieres compartir parte de tu tiempo con otras personas con inquietudes simulares a las tuyas y la motivación de desarrollarte profesionalmente, ¡espero que te animes y te apuntes a esta experiencia!

Puedes encontrar más información pinchando AQUÍ.

domingo, 21 de octubre de 2018

Actualización en factores comunes: una nueva terapia para cada persona

Desde el otro lado del Atlántico nos llegan novedades muy interesantes en cuanto al estudio de las variables de proceso en psicoterapia. Hoy toca actualizar lo dicho en este blog en otras ocasiones acerca de factores comunes.

Pero antes de ello, una pequeña novedad con respecto al blog. A petición de un lector, he añadido una opción para subscribirse, de manera que cada vez que publique una entrada se pueda recibir una notificación por e-mail. Si a alguien más le interesa, la opción aparece en la parte superior derecha de esta página.

El año que viene va a publicarse en Estados Unidos la tercera edición de la imprescindible obra editada por John Norcross y dedica a las relaciones terapéuticas basadas en la evidencia. Y parece que se avecinan cambios. El libro va a constar de dos volúmenes (hasta ahora solo se editaba un volumen único; además, ahora la edición se realizan conjuntamente con Michael Lambert), uno dedicado a las contribuciones del terapeuta (las características que diferencian a los mejores profesionales del resto y de las que ya hablé también hace tiempo por aquí) y otra que ya no se refiere tanto a “relaciones”, si no a responsiveness. No logro encontrar una palabra en español que capte el significado tiene este término, pero podríamos decir que tiene que ver con realizar intervenciones, actos terapéuticos, que respondan (se adapten) a determinadas características de la persona, en un determinando momento y en condiciones específicas. Es decir, saber qué hacer, cómo, cuándo y para qué con una persona determinada de manera que aumentemos lo máximo posible la efectividad de la terapia. En inglés, se ha usado como sinónimo “treatment adaptation”. Otros términos afines, más recomendables a la hora discutirlo con los pacientes/clientes/consultantes son individualizar o personalizar el tratamiento.

Sea cual sea el nombre que le demos, el objetivo es potenciar la efectividad del tratamiento ajustándolo a la medida de cada persona y su situación particular (…) sintonizando la psicoterapia con las particularidades de cada individuo de acuerdo a las generalidades de los hallazgos de la investigación”.

Al igual que en ediciones anteriores, de cada capítulo del libro se realiza un artículo que es publicado en las revistas más importantes a nivel internacional sobre psicología clínica y psicoterapia. Ya tenemos disponibles unos cuantos de ellos, tanto en Psychotherapy como en Journal of Clinical Psychology. Por ejemplo, en la primera de estas revistas podemos leer nuevos estudios que siguen confirmando la importancia crucial que tiene la alianza terapéutica tanto en psicoterapia individual como en el tratamiento de parejas y en terapia familiar.

En un artículo sublime, Norcross y Bruce Wampold realizan una introducción al número especial del Journal of Psychology en el que explican el proceso de desarrollo de los estudios incluidos en la revista (en su mayoría rigurosos meta-análisis) y las principales conclusiones. De verdad, si eres psicóloga/o, te animo a leerlo porque merece mucho la pena.

Un grupo de trabajo formado por expertos en la materia se ha dedicado a tratar de “identificar elementos eficaces de la relación terapéutica y a determinar métodos eficaces de adaptar o diseñar a medida la terapia al paciente individual en base a sus características transdiagnósticas”. Frente al interés en diseñar tratamientos que se seleccionen exclusivamente en función de un diagnóstico, aquí se propone tener en cuenta otras características de la persona más relevantes a la hora de abordar sus problemas. Lo cierto en es que un mismo protocolo de tratamiento no sirve para todo el mundo (por muy eficaz que haya demostrado ser) y que, tal y como demuestran resultados de este trabajo, es más beneficioso considerar otras características a la hora de realizar una terapia psicológica. La meta es descubrir qué es lo que funciona para cada persona.

En la siguiente tabla, traducida y adaptada por mi basándome en el artículo original, se mencionan las características transdiagnósticas estudiadas, métodos para adaptar las intervenciones y el nivel de eficacia demostrado hasta la fecha. Esta tabla actualiza aquella otra que publicamos a principios de este año.


Los autores incluyen recomendaciones generales y otras dirigidas a ámbitos específicos (práctica clínica, formación, investigación), además de una serie de conclusiones que vienen a reforzar lo señalado anteriormente y que tienen que ver con el título del artículo: “una terapia nueva para cada paciente”.

“Adaptar la terapia a la persona en toda su extensión mejora el éxito y disminuye el número de abandonos; la potencia al adaptar el tratamiento supera a la asociado al paradigma Método de Tratamiento A para el Trastorno Z; esto no representa un saber o creencia popular, si no un hecho establecido (…) La pregunta que se hacen los profesionales que ejercen ya no es ‘¿cuál es mi orientación teórica?’, si no ‘¿qué relación, adaptación y enfoque mostrará ser más efectivo con este cliente en particular?’”.

En mi anterior entrada del blog hablé precisamente (y por pura casualidad) de un artículo equivalente a este mismo que hoy estoy comentado, publicado hace 7 años por los mismos autores en referencia a la segunda edición del libro editado por Norcross. Este año vuelven a referirse a actitudes de los profesionales que pueden ser perjudiciales para la terapia. Además de los ya comentados hace unas semanas, han añadido la arrogancia cultural y la flexibilidad sin fidelidad. El segundo factor tiene que ver con el difícil equilibrio que los clínicos debemos encontrar entre adaptarnos a las necesidades y preferencias de cada persona y, al mismo tiempo, ser fiel a lo que ha demostrado funcionar. 
 

En definitiva, la idea clave queda elegantemente resumida en una frase localizada hacia el final del artículo: la relación terapéutica (además del método de tratamiento) es crucial para los resultados, puede mejorarse mediante determinadas acciones llevadas a cabo por la terapeuta y puede diseñarse como un traje a medida para cada persona de forma eficaz.