viernes, 14 de junio de 2019

Post créditos de las XIX Jornadas ANPIR

Oviedo, 5 de Junio de 2019. 4.30 de la tarde. Llego al Palacio de Congresos y veo a un grupo de incombustibles PIRes moviéndose como hormigas, organizando materiales, metiéndolos en bolsas y haciendo mil cosas más. Fueron las primeras en llegar al lugar y, tres días después, serán las últimas en irse. ¡Qué energía! No paran de moverse de un lado a otro, de preocuparse porque todo funcione correctamente. Y, sobre todo, que tanto asistentes como ponentes estén lo mejor atendidos que sea posible. Así lo harán, sin apenas descanso, sin poder disfrutar tanto como les gustaría de las diferentes ponencias que irán sucediendo durante las XIX Jornadas ANPIR. Aida, Dani, María, Amaia, Paula, Julia, Carlota e Irene son parte del Comité Organizador. Y lo primero que quiero hacer en esta entrada es agradecerles su trabajo y dedicación, porque gracias a ellos hemos tenido unas jornadas sensacionales. O eso dice la gente.

Por supuesto, también hicieron su parte de forma magistral el resto de miembros del Comité: Ana, Almudena, Anxo, Teresa A., Teresa B., Carlamarina, Isabel, Maru, Lara… Lo que se vio y lo que permaneció oculto. Porque la gente que se apuntó (más de 350 personas inscritas) estuvo aquí tres días y pudo atestiguar las ganas y el esfuerzo detrás de la organización, pero no vio todo lo que sucedía entre bambalinas ni todas las gestiones previas. Este es el fruto del trabajo de todo un año. Más allá de recibir, entregar documentación y certificados, resolver dudas, moderar mesas, etc., hubo toda una serie de tareas a realizar para que el evento fuera bien. Muchas horas de rellenar hojas de excel, de reuniones, de hacer llamadas, de escribir y contestar e-mails, pedir presupuestos… la lista es bastante larga. Y todo esto sin cobrar un euro (como mucho, “asistir” gratis a las jornadas y a la cena). Lo de “asistir” va entre comillas porque la mayor parte del tiempo había cosas que hacer y era difícil sentarse y disfrutar de una conferencia o mesa redonda en su totalidad. Así que, de nuevo, gracias, gracias irrepetible comité organizador. Alguien me dijo que estas habían sido las mejores jornadas de los últimos 10 años. Seguro que vosotras tenéis mucha culpa de que fuera así.

El comité organizador casi al completo.

Aún quiero hacer más agradecimientos. A todos los profesionales con los que contamos para llevar este barco a buen puerto. Fotógrafo, empresa de catering, personal del Palacio de Congresos, técnicos de sonido, traductora (magnífica y a la que le hicimos trabajar más de la cuenta… de nuevo, ¡nuestras disculpas!), agencia de viajes… Todos formaron parte de la gran orquesta que actuó hasta el sábado al mediodía. Y Adela, personal de apoyo administrativo de ANPIR, ¡qué habríamos hecho sin ti! Además de Régis, que también trabajó codo con codo con nosotros. Qué fácil resultan las cosas cuando estás rodeado de buenos profesionales.

Me siento extraño cuando llega el domingo. Se ha terminado todo el jaleo y mi cuerpo no puede más. Ha sido agotador y estresante. Satisfactorio, si, por el resultado y porque, no nos engañemos, te sientes orgulloso cuando ves a la gente contenta y dedicándote buenas palabras. Y hablando de palabras, un día de estos tengo que apuntarme a la escuela de idiomas, porque si ya me fastidió el año pasado no ser capaz de hilar cuatro palabras con sentido para hablar con Whitaker, este ha sido todavía más frustrante por haberme ido sin poder hablar un poco más con Lucy Johnstone y Richard Bentall. Bueno, ¡al menos me hice la foto con ellos!


¡Y que envidia de residentes! Es la primera vez que acudo a las sesiones de comunicaciones orales y solo puedo decir que me he quedado boquiabierto. El ingenio, creatividad y trabajo que hay detrás de las investigaciones de las y los PIRes no tienen parangón. He visto estudios que nada tienen que envidiar a los realizados por expertos de dilatada trayectoria, diseños planteados para mejorar nuestro trabajo y, por consiguiente, la salud mental de la población. Y lo mismo con los pósteres, ¡casi 150 aceptados! Quizás no esté siendo imparcial, pero se nota una diferencia cualitativa con respecto a otros congresos. He ido a algunos en los que gran parte de los pósteres dejaban mucho que desear, quedándome con la impresión de que el comité científico lo aceptaba todo para así conseguir que más gente se inscribiera y asistiera. Pero en Oviedo no fue así y cada trabajo merecía la pena ser leído. En este punto tengo que agradecer públicamente la labora del Comité Científico de estas jornadas y, especialmente, a Raúl, su coordinador. Me consta que ha tenido que dedicar incontables horas a evaluar y organizar la presentación de todos los trabajos científicos. Ha sido muy estimulante ver la ilusión de los que ganaron los premios (dos a las mejores comunicaciones orales, uno al mejor artículo y una mención al mejor póster). ¡Qué ganas de volver a ser residente!

No haré aquí una crónica más al uso de las Jornadas. Quien esté interesado en ello puede leer lo que hemos puesto en la web de ANPIR y lo que escribí para el diario La Nueva España (publicado el 14 de Junio).

¡El año que viene nos vemos en Logroño!