jueves, 2 de febrero de 2017

Programa de Apoyo a Familias

Si, sigo aquí, no he abandonado el blog. Estoy intentando hacer un poco de hueco para escribir más, pero estas últimas semanas he tenido mucho trabajo y mucho papeleo que hacer. Hoy voy a hablaros de una de las cosas que me tiene muy (agradablemente) ocupado, un programa en el que participo como colaborador externo.

Hace una semana, el 23 de Enero, participé en una ponencia, junto a otras compañeras, dentro de la “Jornada Interinstitucional de Atención Temprana”, celebrada en Avilés y dedicada a “la coordinación entre Salud Mental, Servicios Sociales y Educación”. En dicha conferencia, presentamos el Programa de Apoyo a Familias (PAF), unos de los programas del Centro de Iniciativas, Solidaridad y Empleo (CISE).


CISE es una institución nacida en el año 1987 en Gijón, cuyo objetivo inicial fue dar respuesta a un importante problema de desempleo. Actualmente, tiene cuatro programas complementarios: de inserción socio-laboral, programa infanto-juvenil (centro de día), PAF y un programa de reciente creación para apoyar a madres adolescentes.

PAF es un programa de intervención psico-social dirigido a lo que se suele denominar “familias multiproblemáticas”, una etiqueta que hace referencia a familias en las que dos o más miembros atraviesan por problemas psico-sociales. Atendemos a personas con ingresos bajos (la atención es gratuita para ellos), en gran parte originarios de países latinoamericanos, aunque también europeos y de otros lugares. Partimos de un enfoque sistémico, en un sentido amplio, entendiendo que el foco de intervención son la familia y los sistemas en los que están envueltos.

Por norma general, el hecho de que haya dos o más problemas implica que el número de instituciones intervinientes sea grande. Se trata de familias “multiasistidas”, que suelen tener procesos abiertos con Servicios Sociales, Salud Mental, Asociaciones y Centros Socio-educativos y de otro tipo, equipos de Orientación Escolar, etc. Uno de los puntos más importantes del programa es el trabajo de coordinación con el resto de intervinientes. En no pocas ocasiones, este tipo de casos desafía a los profesionales que tratan de ayudar, viéndose abrumados por la cantidad de dificultades presentes y, a veces, arrastrados por las “narrativas saturadas de problemas” (como diría Michael White) que traen consigo. Trabajar de forma coordinada con otras instituciones facilita la creación de nuevas historias, nuevos puntos de vista sobre las personas atendidas, en los que salen a la luz sus puntos fuertes y potencialidades y se reconoce el trabajo hecho por las partes implicadas. La falta de comunicación entre los profesionales que tratan a una misma familia puede crear problemas que, en última instancia, perjudiquen a aquellos a los que queremos ayudar. Frente al conflicto y la competencia entre organismos, nosotros abogamos por el respeto y reconocimiento del trabajo de los otros.

Como se puede entrever en el párrafo anterior, el enfoque de la terapia narrativa es otro de los pilares de nuestras intervenciones. El uso de cartas y documentos escritos es habitual en el equipo. No nos olvidamos tampoco de la teoría del apego de Bowlby ni de conceptos de psicología evolutiva tan importantes como el andamiaje y la zona de desarrollo próximo.

No hacemos diagnósticos médicos al estilo de las clasificaciones como la CIE-10 y el DSM-V. Diagnosticamos las dificultades de los miembros de la familia y del sistema en si mismo, de manera que obtengamos una guía acerca de en qué aspectos intervenir y de qué manera, adaptando la ayuda proporcionada a las necesidades particulares de cada caso. Los objetivos generales giran alrededor del cambio de estrategias de afrontamiento ineficaces, mejora de la comunicación, solución de problemas... así como los objetivos específicos habituales que han mostrado ser eficaces en las terapias familiares (trabajo con jerarquías, límites generacionales, pautas de parentalidad positivas, etc). El programa cuenta también con un servicio de mediación familiar.

El PAF está coordinado por una Doctora en Psicología y lo completamos dos Terapeutas Familiares, una Psicóloga Sanitaria, dos Psicólogos Clínicos y dos Trabajadoras Sociales. Todos tenemos algún tipo de formación o experiencia en terapia familiar sistémica. No solo somos un equipo, si no que también trabajamos en equipo. Esto significa que, aunque sea solo una profesional la que se encuentre dentro de la consulta con la familia, siempre tratamos con otros integrantes del equipo cada caso individual en sesiones de supervisión, informando previamente a los consultantes de ello. El hecho de estar varios terapeutas implicados nos da mucha mayor flexibilidad y versatilidad a la hora de intervenir.

No tenemos un número limitado de sesiones. Trabajamos con citas semanales o quincenales, habitualmente, de alrededor de 60-90 minutos de duración. Utilizamos cuestionarios para evaluar el progreso de la terapia y la relación terapéutica, haciendo un seguimiento a los 6 meses del alta del programa.

Desde Mayo de 2015 y hasta el día de hoy, por el programa han pasado 140 familias, derivadas desde otros programas de CISE, salud mental infantil, unidades y departamentos de orientación, servicios de pediatría, etc.

En definitiva, un modelo de intervención psico-social que tiene en cuenta las relaciones, no solo familiares, si no sociales e inter-institucionales, la comunidad, la multiculturalidad que busca proporcionar una ayuda “a medida” según las necesidades de cada familia, centrada en la búsqueda, desarrollo y potenciación de los propios recursos. Trabajar con estas familias y con el resto del equipo está siendo sin duda un experiencia muy enriquecedora y gratificante para mi. El feedback que nos dan los profesionales que trabajan en otros ámbitos y con los que nos coordinamos está siendo muy bueno y nos invita a seguir trabajando, con muchas ganas, en esta dirección.

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