La
entrada de hoy no va estar basada en su mayor parte en contenido
propio, si no que básicamente haré referencia a dos artículos que
me parecen muy interesantes. El tema de hoy está dirigido a personas
con conocimientos básicos sobre investigación y publicación en
revistas, ya que se van a tratar cuestiones que pueden resultar
excesivamente técnicas o farragosas para quienes no están
familiarizadas con este tipo de contenidos.
El
factor de imparto es una fórmula matemática empleada para medir la
importancia/calidad de una revista científica determinada, basándose
en el número de veces que se citan artículos publicados en la
misma. A grandes rasgos, la idea que subyace a este método es que
existe una relación entre el número de artículos citados y la
calidad de la revista donde fueron publicados. De esta manera, se
crea un ranking en el que se ordena, en torno a un tema determinado y
en función del valor del factor de impacto adquirido, a las
diferentes revistas del sector.
El
método no está exento de críticas y controversias. Se puede
incluso manipular. A este respecto, merece la pena leer el siguiente artículo publicado en un blog, donde podemos leer cosas como las
siguientes:
“El
factor de impacto es una medida que carece de fiabilidad y validez.
(...). Es un indicador métricamente muy cuestionable. Y lo es sin
necesidad de que nadie lo piratee. Pero más cuando hay gente que,
intencionalmente, pone de su parte para introducir ruido, para que
revistas irrelevantes vean su factor de impacto disparado. De este
modo, investigadores que publican en revistas mediocres pueden
aparentar tener mejores currícula de lo que les correspondería. E
investigadores que merecerían un puesto de trabajo pueden perderlo,
por la distorsión introducida por algunos grupos de investigación
que piratean desde la inmoralidad y la irresponsabilidad un indicador
social y profesionalmente relevante.”
Recientemente, Miguel Santos y
Luis Fernández-Ríos han publicado un artículo titulado “El factor de impacto y el futuro de las revistas académicas. El riesgo de patologización”, que se puede leer pinchando en el título.
Es un trabajo muy interesante y
de lectura más que recomendable, en el que se advierte acerca de los
riesgos del uso del factor de impacto y de la relevancia que se está
dando al hecho de que los profesionales publiquen, entrando en una carrera en
la que la calidad y relevancia de los contenidos compartidos brilla
por su ausencia.
Dejo aquí algunas frases del
trabajo que me parece importa resaltar, recomendando de nuevo su
lectura completa:
“El
dilema en la cultura universitaria actual de no pocos países es
publish or perish, publicar o perecer. Publicar artículos en
revistas con factor de impacto se ha convertido en algo prioritario
dentro de la cultura epistémica universitaria (…) El investigador
que no lo tenga [el factor de
impacto] forma parte de un montón anodino de académicos
sin mérito y dignidad científica”.
“Parece ser que el factor de
impacto está pensado para un mundo ideal, en el que los evaluadores
son justos y competentes(...) las revistas de calidad y el
correspondiente factor de impacto, constituyen un “ciclo
competitivo perverso”, cuyas consecuencias son más negativas que
positivas. Además, que un trabajo tenga factor de impacto
bibliométrico no implica que el trabajo tenga impacto social”.
“Las revistas académicas, en
cuanto fabricadoras, productoras y transmisoras de artículos con
factor de impacto, se convierten en una mercancía, y en un
instrumento de control académico y social del conocimiento y del
pensamiento de los investigadores. Como bien señalan Brembs, Button,
y Munafò (2013): <<La atención prestada a la publicación en
revistas de alta calidad puede distorsionar la comunicación de los
avances científicos, tanto dentro como fuera de la comunidad
científica>>”.
“La
búsqueda del factor de impacto puede llegar a controlar lo que los
investigadores deben pensar y hacer”.
“El
índice de impacto actúa como mercancía de intercambio entre
investigador y organización universitaria para satisfacer una
necesidad individual, organizacionalmente impuesta. La lucha por el
índice de impacto produce artículos como mercancía, pues se
convierten en trabajo productivo y le añaden valor. Es así que un
artículo publicado en una revista de calidad no crea, primordial y
necesariamente, conocimiento, sino utilidad organizacional para su
autor o autores”.
"Si tu factor de impacto es superior a 10, entonces puedes entrar. Si es más bajo, bueno..."
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