Durante
las dos últimas semanas ha sido noticia la campaña iniciada por la
Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) que lleva por título “En la escuela falta una asignatura: Mi tiempo libre”. Se trata de una llamada de
atención hacia la excesiva cantidad de deberes
que tienen que hacer en la actualidad los niños y adolescentes. El
número de tareas para hacer en casa es tan alto que ocupa un gran
número de horas de tiempo extraescolar, incluyendo fines de semana.
Y eso sin contar el tiempo necesario para estudiar y preparar
exámenes.
La campaña de CEAPA defiende
algunos puntos importantes, siendo algunos de ellos los siguientes:
-
Los deberes son un método de aprendizaje de erróneo.
-
Los deberes sobrecargan al alumno.
-
Los deberes generan situaciones de desigualdad entre el alumnado.
-
Los deberes vulneran los derechos del niño.
-
Los deberes suponen una intromisión e injerencia en la vida familiar
y el tiempo de ocio.
Este
problema no afecta solo a la población española. Lo anterior queda en
evidencia si echamos un vistazo a un artículo publicado
recientemente en la revista Monitor on Psychology, editada por la Asociación Americana de Psicología (APA). En este trabajo se
hace una reivisón de lo que dice la investigación disponible hasta
la fecha acerca de la idoneidad de los deberes de las alumnas.
Algunas de las conclusiones más importantes señaladas en el artículo
son las siguientes:
- Los deberes pueden producir
beneficios (mayor comprensión y retención del material, por
ejemplo), pero no necesariamente en todos los alumnos.
-
Aunque sean beneficiosos, existe un límite a partir del cual los
deberes no aportan mejores resultados. Algunos expertos proponen la
llamada “regla de los 10 minutos”: los deberes no deben suponer
más de 10 minutos diarios por
grado, siendo el máximo aconsejable de 2 horas al llegar al instituto.
Tiempos superiores pueden tener incluso consecuencias negativas:
mayores niveles de estrés, problemas de sueño, menos tiempo para
pasar con la familia, etc.
- Niños grandes y pequeños
necesitan disponer de algún tiempo libre para hacer actividades
agradables, ejercicio y socializar.
-
Un estudio mostró que aquellos jóvenes que dedicaban una gran
cantidad de tiempo a los deberes estaban más implicados en la
escuela, pero a cambio sufrían más problemas de salud física y
síntomas como dolores de cabeza y estomacales o falta de sueño.
- Otros estudios demuestran
que reducir los deberes a un tercio o la mitad no influye de forma
negativa en los resultados de los exámenes.
- Más que aumentar la
cantidad de tareas a completar, es importante que estas sean de
calidad (más calidad y menor cantidad).
La
sobrecarga de trabajo, actividades, tareas y quehaceres en general de
los niños y niñas de nuestra sociedad es el fiel reflejo del ritmo
de vida occidental. Nos encontramos la mayor parte del tiempo
envueltos en una frenética actividad donde el pararse un momento y
tomarse un respiro paraece estar mal visto. Vivimos un momento en
el que la valía de las personas se mide en por lo que se hace
en lugar de por lo que se es.
Hablamos del aumento de los casos de hiperactividad, pero no nos
damos cuenta de que estamos inmersos en una época hiperactiva en si
misma. Y en esto nos convertimos en modelos negativos de los más
jóvenes, fomentando, además, un espíritu de competición poco saludable. Se genera también mucha frustración en aquellos chicos que necesitan más tiempo para obtener el mismo rendimiento que otros compañeros. Se confunden los resultados académicos con el nivel de inteligencia y se deja de favorecer el aprendizaje y desarrollo de otro tipo de conocimientos más pragmáticos para la vida de la persona en desarrollo.
El
tiempo para el ocio, el deporte, el descanso o la simple
contemplación (llamémosle meditación, por ejemplo) de la vida es
necesario para un adecuado desarrollo de la mente humana y, con ella,
de la sociedad.
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