La
terapia grupal es una modalidad de intervención psicoterapéutica muy
extendida y utilizada en diferentes contextos, además de ser un
tratamiento eficaz para el abordaje de diferentes problemas
psicológicos.
Generalmente,
un grupo terapéutico suele incluir un número variable de pacientes
(entre 8 y 12 es lo habitual, pero esta cifra puede ser muy
diferentes, dependiendo de diversas condiciones) y dos terapeutas
(este número también puede variar). La duración de las sesiones
puede ir de los 45 minutos a las dos horas. En este sentido, se puede
decir que la terapia de grupo es un método eficiente: en el mismo
tiempo que se podría atender a 2 o 3 personas en una consulta
individual, se atiende al triple de usuarias. Por este motivo, no es
raro encontrarnos en los servicios públicos grupos de terapia en
diferentes dispositivos.
La
forma en que se diseña y coordina un grupo varía notablemente en
función de una serie de características. Quizás la más obvia es
si se trata de una terapia
en grupo
o de una terapia
grupal.
En la primera, acuden personas con problemas similares o muy
parecidos, cuyas necesidades son atendidas en la situación grupal.
Es decir, es como si se aplicaran múltiples tratamientos
individuales a la vez. Las terapeutas, en este caso, tienen un papel
más activo y una función claramente definida. En el caso de la
terapia grupal, se trata a los individuos como integrantes de un
todo, cuyas relaciones y conexiones entre unos y otros son los
factores que promueven el cambio y la resolución de los problemas.
Los terapeutas adoptan un papel menos activo (al menos verbalmente),
favoreciendo que sea el propio grupo el que encuentre las respuestas
a sus preguntas.
Otra
característica importante es si el grupo es abierto
o cerrado.
En los grupos abiertos se permite la incorporación de nuevos
miembros en cualquier momento (a partir de cualquier sesión). Suelen
ser grupos de larga duración. En los grupos cerrados, una vez
iniciados, no se admiten nuevos miembros. Así mismo, los grupos
pueden variar en el nivel de estructuración
que tienen: en algunos casos los temas a tratar, objetivos y
procedimientos está muy definidos desde el principio; en los grupos
menos estructurados, hay una mayor libertad (y, por consiguiente,
incertidumbre) con respecto al contenido de cada sesión.
Irvin Yalom, un terapeuta y
escritor experto en la coordinación de grupos, describió una serie
de factores de la terapia de grupo que pueden tener efectos
terapéuticos: altruismo, cohesión grupal, universalidad,
aprendizaje interpersonal, guía o consejo, catarsis, autocomprensión
e instilación de esperanza. Recordemos que uno de estos elementos, la cohesión grupal, está considerado un factor común relacionado positivamente con los resultados.
La
terapia de grupo se puede aplicar fácilmente para tratar diferentes
problemas: depresión, ansiedad, trastornos de la conducta
alimentaria, psicosis, estrés, entrenamiento en habilidades
sociales... Sirvan como ejemplo las siguientes experiencias
grupales. Se trata de aquellos grupos en los que participé (bien de
observador, bien como terapeuta) durante mi formación como
residente.
Grupo
de Activación Conductual para la depresión.
Este
fue el primer grupo que diseñé y llevé a cabo por mi cuenta, en un
centro de Atención Primaria. Este grupo se quedó sin terminar, por
una serie de errores que cometí y que me sirvieron para aprender una
serie de cosas. Por ejemplo, a no hacer un grupo solo, sin
coterapeuta, sobre todo cuando no se tiene la suficiente experiencia;
o no hacer una mala selección de los participantes (incluir aquellas
personas que no cumplían los criterios necesarios, por la urgencia
de tener el número suficiente de pacientes).
Grupo
de familiares de un programa de Primeros Episodios Psicóticos.
Aquí
mi papel era meramente de observador y transcriptor de las sesiones a
papel. Se llevaba a cabo en un Centro de Salud Mental y consistía en
atender a familiares de jóvenes diagnosticados de psicosis.
Terapia
Psicológica Integrada (IPT, las siglas en inglés).
Un
grupo estructurado, de 1-2 años de duración, indicado especialmente
para la rehabilitación psicosocial de personas diagnosticadas de
esquizofrenia, aunque realmente atendíamos a personas que formaran
parte del programa de Trastorno Mental Severo, independientemente del diagnóstico. Se hace en el Centro
de Tratamiento Integral de Gijón.
Grupo de psicosis de la
Unidad de Hospitalización Psiquiátrica.
Esta
resultó una experiencia muy gratificante y enriquecedora: con
pacientes ingresados en el hospital por casos de psicosis aguda. En
grupo podían compartir sus experiencias, de forma abierta y
respetuosa, sin ser criticados ni aleccionados, apoyándose
mútuamente.
Grupo
del Programa de Trastorno Mental Grave en la Infancia.
Llevado
a cabo en un Centro de Salud Mental Infanto-Juvenil, incluía un
grupo reducido de niños, menores de 15 años, que formaban parte del
mencionado programa (diagnosticados de autismo o trastorno
generalizado del desarrollo, principalmente).
Grupo
de adolescentes Asperger.
Un
grupo también reducido, realizado en el mismo centro que el
anterior, dirigido a chicos en edad adolescente con este tipo de
diagnóstico.
Grupos
de Mindfulness.
Con
este tipo de procedimiento he tenido varias experiencias. Por un
lado, como observador-coterapeuta, en un grupo basado en el programa
de reducción de estrés de Kabat-Zinn, para personas con síntomas
de ansiedad o estrés, principalmente. Una segunda experiencia, como
observador, la tuve en un grupo de personas diagnosticadas de
trastorno bipolar que eran tratadas con el programa de terapia
cognitiva basada en mindfulness para la prevención de recaídas.
Estos dos grupos se hicieron en la Unidad de Formación e
Investigación en Psicoterapia del Hospital La Paz (Madrid). Una
tercera experiencia, ya por mi cuenta, fue en el hospital de día de
trastornos de la conducta alimentaria.
Grupo
de víctimas de violencia de género.
Es
un grupo que funciona todo el año, formado por dos terapeutas
(psicólogo clínico y psiquiatra) que atienden a mujeres del
programa de atención psicosocial a la mujer.
Como
se puede observar, el abanico de posibilidades es muy amplio. Por
supuesto, hay personas para las que la terapia de grupo no es la
modalidad terapéutica indicada. Conviene hacer una buena evaluación
previa de cada persona antes de incluirla y, sin duda, averiguar si
es el tipo de ayuda más eficaz y eficiente que necesita.
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