Estoy
de nuevo en una de esas temporadas en las que apenas tengo tiempo
para respirar, entre trabajo, diversos proyectos y vida personal.
Pero como no quiero dejar de actualizar el blog, aquí estoy de nuevo
con algo directo y sencillo, una lista de los libros que he estado
leyendo últimamente. Espero que, si no los conocéis, esta entrada
sirva para animaros a echarles un ojo y disfrutar de su contenido.
Contrapsicología,
editado por Roberto Rodríguez.
Aquí,
en Gijón, un grupo de psicólogos y psicólogas hemos organizado un
“club de lectura”. Nos juntamos una vez cada 3 o 4 meses y
debatimos, reflexionamos y compartimos ideas acerca del libro que
previamente hayamos acordado leer. En nuestra primera reunión,
Contrapsicología
fue la obra elegida a tal fin. Se trata de un volumen en el que cada
capítulo está escrito por un autor diferente. El hilo central es el
del pensamiento crítico acerca de la psicología y su influencia en
la sociedad, no solo en el aspecto clínico, si no en otros como el
laboral, judicial o cultural. Es
una lectura muy estimulante que invita a la reflexión y que aporta
varias ideas interesantes. El problema es que es un trabajo desigual:
algunos capítulos son de difícil digestión, según quien sea el
autor, especialmente en aquellos casos en los que parece que aquel
haya escrito para si mismo, sin importar si lo que escribe es
comprensible por el lector.
Anatomía
de una epidemia, de
Robert Whitaker.
Un
“must read”,
como dirían los americanos. Lectura obligada para trabajadores de
Salud Mental, especialmente para psiquiatras en formación. Whitaker
es un buen periodista que ha realizado un trabajo de investigación
verdaderamente loable. Aquí se exponen ciertas miserias de la
psicofarmacología, aportando datos contundentes que se pueden
resumir en lo siguiente: los fármacos antidepresivos, ansiolíticos,
antipsicóticos y “anti” TDAH no solo carecen del nivel de
eficacia que se les presupone, si no que incluso en muchos casos
tienen efectos devastadores: mayores tasas de recaídas, peor
pronóstico, menor porcentaje de recuperaciones… en comparación
con las personas que no son medicadas. Y no se trata de una crítica
airada al modelo biologicista en psiquiatría;
todo lo enunciado en este libro está basado en literatura
científica. Creo firmemente, como decía, que debería ser una
lectura obligada para psiquiatras y residentes de psiquiatría,
quienes si se acercan a la obra sin miedos ni prejuicios, encontrarán
información que probablemente desconocían y que podrán cotejar con la que ya tenían. Al fin y al cabo, Whitaker no pretende atacar a la
psiquiatría ni a los fármacos de forma generalizada, si no a
ciertos aspectos de la disciplina que rezuman poca ética.
Therapeutic
Conversations, editado
por Stephen Gilligan y Reese Price.
Mi
amigo Anxo me regaló un ejemplar de este libro por una especie de
broma personal que tenemos (para los curiosos: tiene que ver con la
diferencia [o no] entre el concepto de “excepciones”
descrito por Steve de Shazer y el de “unique
outcomes”
de Michael White). Aquí se encuentran recogidas las aportaciones que
algunas de las figuras más importantes de la terapia sistémica de
los años 90 realizaron en un congreso que tuvo lugar en 1992. Transmite muy bien la
pasión por un enfoque centrado en las fortalezas de las personas, en
escuchar, entender y cambiar sus narrativas por otras más
beneficiosas para sus vidas. A mi me ha dado ganas de haber estado en
aquel congreso en Tulsa. Y de decirle cuatro cosas a mi anteriormente
admirado De Shazer.
Prevention
of Treatment Failure: The Use of Measuring, Monitoring, and Feedback
in Clinical Practice, de
Michael Lambert.
Lambert
es un hombre bien conocido en el mundo de la psicoterapia,
especialmente por aquellos que estamos interesados en el estudio de los factores
comunes. En este libro presenta una exposición magistral y muy
completa sobre la medida de los resultados de la terapia psicológica,
abarcando desde su desarrollo histórico hasta una pequeña revisión
de los instrumentos de monitorización y feedback que gozan de mayor
validez empírica hoy en día. Lambert advierte sobre el alto
porcentaje de personas que no se benefician de la psicoterapia y cómo
establecer una cultura de revisar el progreso (o la ausencia del
mismo) de los pacientes que participan en el tratamiento y utilizar
esta información como feedback para ajustar la intervención, de
manera que se incrementen las probabilidades de que un caso que
parecía abocado al fracaso termine mejorando. Pronto volveré a
hablar de este tema en el blog.
On
Becoming a Better Therapist,
de Barry Duncan.
Un
trabajo precioso e inspirador. Duncan aborda también el tema del que
trata el libro de Lambert:
prevenir los “fracasos” en terapia y utilizar instrumentos para
monitorizar los resultados. Así como Lambert se centra en su propia
herramienta (el OQ-45), Duncan lo hace en el sistema elaborado por él
y sus colaboradores: PCOMS. Este instrumento no es una mera medida
del progreso, si no que implica toda una manera de intervenir
destinada a dar voz a la parte que más influye en los resultados de
la psicoterapia: la persona que acude a consulta. Para el autor, el
uso de PCOMS es la manera en que el profesional puede mejorar su
desempeño profesional. El libro está plagado de anécdotas
personales y salpicado con algunos momentos llenos de humor. Como ya
dije en su momento, en mi práctica clínica utilizo habitualmente
PCOMS y es, sin duda, un elemento muy útil. De esto volveré a
hablar también en un futuro no muy lejano.
¡Buena lectura!
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