jueves, 14 de junio de 2018

Lecturas recientes

Estoy de nuevo en una de esas temporadas en las que apenas tengo tiempo para respirar, entre trabajo, diversos proyectos y vida personal. Pero como no quiero dejar de actualizar el blog, aquí estoy de nuevo con algo directo y sencillo, una lista de los libros que he estado leyendo últimamente. Espero que, si no los conocéis, esta entrada sirva para animaros a echarles un ojo y disfrutar de su contenido.


Contrapsicología, editado por Roberto Rodríguez.

Aquí, en Gijón, un grupo de psicólogos y psicólogas hemos organizado un “club de lectura”. Nos juntamos una vez cada 3 o 4 meses y debatimos, reflexionamos y compartimos ideas acerca del libro que previamente hayamos acordado leer. En nuestra primera reunión, Contrapsicología fue la obra elegida a tal fin. Se trata de un volumen en el que cada capítulo está escrito por un autor diferente. El hilo central es el del pensamiento crítico acerca de la psicología y su influencia en la sociedad, no solo en el aspecto clínico, si no en otros como el laboral, judicial o cultural. Es una lectura muy estimulante que invita a la reflexión y que aporta varias ideas interesantes. El problema es que es un trabajo desigual: algunos capítulos son de difícil digestión, según quien sea el autor, especialmente en aquellos casos en los que parece que aquel haya escrito para si mismo, sin importar si lo que escribe es comprensible por el lector.



Anatomía de una epidemia, de Robert Whitaker.

Un “must read”, como dirían los americanos. Lectura obligada para trabajadores de Salud Mental, especialmente para psiquiatras en formación. Whitaker es un buen periodista que ha realizado un trabajo de investigación verdaderamente loable. Aquí se exponen ciertas miserias de la psicofarmacología, aportando datos contundentes que se pueden resumir en lo siguiente: los fármacos antidepresivos, ansiolíticos, antipsicóticos y “anti” TDAH no solo carecen del nivel de eficacia que se les presupone, si no que incluso en muchos casos tienen efectos devastadores: mayores tasas de recaídas, peor pronóstico, menor porcentaje de recuperaciones… en comparación con las personas que no son medicadas. Y no se trata de una crítica airada al modelo biologicista en psiquiatría; todo lo enunciado en este libro está basado en literatura científica. Creo firmemente, como decía, que debería ser una lectura obligada para psiquiatras y residentes de psiquiatría, quienes si se acercan a la obra sin miedos ni prejuicios, encontrarán información que probablemente desconocían y que podrán cotejar con la que ya tenían. Al fin y al cabo, Whitaker no pretende atacar a la psiquiatría ni a los fármacos de forma generalizada, si no a ciertos aspectos de la disciplina que rezuman poca ética.



Therapeutic Conversations, editado por Stephen Gilligan y Reese Price.

Mi amigo Anxo me regaló un ejemplar de este libro por una especie de broma personal que tenemos (para los curiosos: tiene que ver con la diferencia [o no] entre el concepto de “excepciones” descrito por Steve de Shazer y el de “unique outcomes” de Michael White). Aquí se encuentran recogidas las aportaciones que algunas de las figuras más importantes de la terapia sistémica de los años 90 realizaron en un congreso que tuvo lugar en 1992. Transmite muy bien la pasión por un enfoque centrado en las fortalezas de las personas, en escuchar, entender y cambiar sus narrativas por otras más beneficiosas para sus vidas. A mi me ha dado ganas de haber estado en aquel congreso en Tulsa. Y de decirle cuatro cosas a mi anteriormente admirado De Shazer.



Prevention of Treatment Failure: The Use of Measuring, Monitoring, and Feedback in Clinical Practice, de Michael Lambert.

Lambert es un hombre bien conocido en el mundo de la psicoterapia, especialmente por aquellos que estamos interesados en el estudio de los factores comunes. En este libro presenta una exposición magistral y muy completa sobre la medida de los resultados de la terapia psicológica, abarcando desde su desarrollo histórico hasta una pequeña revisión de los instrumentos de monitorización y feedback que gozan de mayor validez empírica hoy en día. Lambert advierte sobre el alto porcentaje de personas que no se benefician de la psicoterapia y cómo establecer una cultura de revisar el progreso (o la ausencia del mismo) de los pacientes que participan en el tratamiento y utilizar esta información como feedback para ajustar la intervención, de manera que se incrementen las probabilidades de que un caso que parecía abocado al fracaso termine mejorando. Pronto volveré a hablar de este tema en el blog.



On Becoming a Better Therapist, de Barry Duncan.

Un trabajo precioso e inspirador. Duncan aborda también el tema del que trata el libro de Lambert: prevenir los “fracasos” en terapia y utilizar instrumentos para monitorizar los resultados. Así como Lambert se centra en su propia herramienta (el OQ-45), Duncan lo hace en el sistema elaborado por él y sus colaboradores: PCOMS. Este instrumento no es una mera medida del progreso, si no que implica toda una manera de intervenir destinada a dar voz a la parte que más influye en los resultados de la psicoterapia: la persona que acude a consulta. Para el autor, el uso de PCOMS es la manera en que el profesional puede mejorar su desempeño profesional. El libro está plagado de anécdotas personales y salpicado con algunos momentos llenos de humor. Como ya dije en su momento, en mi práctica clínica utilizo habitualmente PCOMS y es, sin duda, un elemento muy útil. De esto volveré a hablar también en un futuro no muy lejano.

¡Buena lectura!

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