domingo, 31 de marzo de 2019

Jornada "Evidencias en Psicoterapia".

La Asociación Asturiana de Salud Mental ha tenido el detalle de invitarme a participar como ponente en una jornada sobre “Evidencias en Psicoterapia”. Para mi es todo un honor que hayan querido contar con mi presencia allí, sobre todo teniendo en cuenta que voy a estar rodeado de grandes y experimentados profesionales, psicólogos clínicos conocidos y respetados en Asturias (y más allá de sus fronteras): Francisco Estévez, que era jefe de estudios de la Unidad Docente Multiprofesional de Salud Mental del Principado de Asturias cuando yo comencé la residencia (allá por 2011) y que fue la persona que nos dio, a los de mi promoción, la bienvenida a la formación sanitaria especializada; Marino Pérez, catedrático de la Universidad de Oviedo, persona con amplios conocimientos, prolífico autor que siempre pone sobre la mesa ideas interesantes sobre la salud mental; y Marco Luengo, un clínico muy querido y co-responsable de esa magnífica investigación que me gusta citar a menudo sobre la efectividad de la psicoterapia breve en los servicios públicos (cuyos resultados se pueden consultar aquí y aquí).

En los últimos meses, dentro de la comunidad de psicólogas y psicólogos, se ha hablado mucho sobre prácticas basadas en la evidencia a raíz de los planes del Ministerio de Sanidad para luchar contra los tratamientos pseudocientíficos. Por desgracia sigue pasando algo que ya comenté en otra entrada: muchos pseudo-divulgadores de las redes sociales presentan una imagen parcial y sesgada de lo que es la práctica basada en la evidencia en psicología (aunque estoy seguro de que no lo hacen con mala intención ni a propósito). En esta jornada, la idea es hablar con claridad de estos y otros asuntos, acercando lo cuantitativo a lo cualitativo y ampliando miras en un tema tan importante como este.

Yo me dedicaré a tratar de explicar lo relevante que es adaptar la terapia a las características y preferencias de cada persona, integrando los factores que hacen que la intervención sea más eficaz. Así que saldrán temas ya abordados en este blog, como la práctica basada en la evidencia, los factores comunes y, sobre todo, la obtención y uso de feedback en psicoterapia.

La jornada está acreditada por la Escuela de Salud Mental de la AEN y tiene el reconocimiento de interés sanitario de la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias. Tendrá lugar en el salón de actos del Hospital de Cabueñes (en Gijón), el 25 de Abril, de 9 de la mañana a 7.30 de la tarde. La cuota de inscripción es mínima, entre 10 y 20 euros. La inscripción se puede realizar pinchando AQUÍ.


lunes, 18 de febrero de 2019

La memética y el Veredicto del Pájaro Dodo: la influencia de la cultura en la psicoterapia

El debate en torno al denominado “Veredicto del Pájaro Dodo”, una metáfora que hace alusión a la eficacia similar hallada al comparar los resultados generales de los grandes enfoques de psicoterapia, ha generado ríos de tinta dentro de la literatura especializada. En muchos casos, la discusión se ha convertido en el enfrentamiento de dos posturas polarizadas: aquella que defiende lo anterior, que no es el tipo de tratamiento o la técnica en particular lo que más contribuye a la mejoría de las personas, si no los factores comunes a los distintos modelos (la alianza terapéutica, instilación de esperanza o adaptar la intervención a determinadas características de la persona, por ejemplo) y otra que afirma que los factores específicos, y no los compartidos, son los más influyentes en los resultados de la terapia psicológica. Estas dos formas de ver el proceso terapéutico cuentan con pruebas que apoyan sus afirmaciones y, a su vez, con evidencias en contra de lo que defienden “los que están equivocados”. En más de una ocasión el debate se ha vuelto encarnizado, con duras críticas entre ambas posturas. En mi opinión, no se trata de una cuestión “o es esto o es lo otro”, si no de “es esto y también lo otro”. Abogo más por la integración de los datos que ofrecen las investigaciones de unos y de otros que por una competición que persiga ver quién tiene razón. 

Por desgracia, algunas personas han malinterpretado la idea que hay detrás de este veredicto y consideran que es equivalente a decir algo así como que "todo vale" en psicoterapia. Pero no, con esto no se afirma que cualquier intervención pueda ser útil, independientemente de su forma y que, por lo tanto, se puede dar luz verde a cualquier tipo de terapia. Se trata de señalar que los modelos serios y coherentes que han sido estudiados, de forma sistemática y adecuada, han mostrado ser eficaces. Tampoco se afirma que se pueda trabajar sin un modelo sensato (no existe una intervención basada en factores comunes sin más).

En cualquier caso, el tema de esta entrada no es reflexionar sobre esto. Como decía, ya hay mucho escrito sobre la cuestión, y estoy convencido que durante años las páginas de las revistas científicas y los libros de psicoterapia seguirán acogiendo opiniones y estudios al respecto. Lo que hoy quiero comentar brevemente es la publicación de un artículo en el que he colaborado y que aborda el Veredicto del Pájaro Dodo desde una óptica, hasta donde yo sé, totalmente novedosa: la memética.


Xacobe Fernández, psicólogo clínico de los Badalona Serveis Assistencials, es el verdadero artífice de esta original idea: adoptar un enfoque cultural concreto (la memética) para analizar cómo ciertas ideas se transmiten en psicoterapia y las posibles repercusiones que pueden tener.

Dado que los seres humanos somos capaces de imitar información del entorno, estos contenidos se pueden replicar por imitación, mutar, y seleccionar. De este modo, los organismos replicadores de esta información, en lugar de cadenas de aminoácidos, serían los procesos mentales superiores, expresados habitualmente en forma de lenguaje. Esta información imitable, equivalente al gen, sería el meme. Al igual que en genética se habla del “acervo genético”, a la totalidad de las informaciones propagadas a las que nos acabamos de referir las llamaríamos “cultura”.

La velocidad de propagación de los memes es drásticamente mayor que la de los genes. Por ende, la evolución del ecosistema cultural es mucho mayor y más maleable que la del ecosistema biológico. Esto implica que el código memético está en constante cambio y evolución, produciéndose grandes transformaciones y mutaciones en poco tiempo.

Gracias a Xacobe he descubierto un tema que era desconocido para mi y que da para mucho más de lo reflejado en el artículo (cuestiones de espacio han impedido un desarrollo más extenso), aplicable a múltiples ámbitos de la vida, pero especialmente importante cuando tiene que ver con profesiones asistenciales como la nuestra, en la que lo social, cultural, ideológico y político pueden influir (y, de hecho, lo hacen) de forma sustancial en la producción científica y en las ideas, mitos o memes que pasan a formar parte del conocimiento compartido por la comunidad.

Es un trabajo que requiere una lectura pausada y reflexiva para poder captar toda su esencia e implicaciones. Espero que aquellas personas que os animeis a leer el artículo lo encontreis de vuestro agrado. Os dejo con el resumen:

El debate acerca de la eficacia diferencial de los distintos modelos de psicoterapia y el conocido como “veredicto del Pájaro Dodo”, el hecho de que se haya encontrado una eficacia equivalente entre diferentes enfoques terapéuticos, es analizado en ese trabajo desde una nueva óptica cultural: la memética. Un meme es una unidad de información cultural que se replica y evoluciona por mecanismos de selección. La memética es el campo que se ocupa del estudio de los memes y de cómo se distribuyen y evolucionan. En este artículo nos proponemos analizar conceptos importantes de la psicoterapia y la psicología clínica desde el enfoque de la memética. Consideramos que esta perspectiva tiene importantes implicaciones en la conceptualización, estudio y mejora de la psicoterapia, arrojando luz sobre aspectos estancados y ofreciendo nuevas posibilidades investigadoras.


 Memética outtake.

viernes, 15 de febrero de 2019

XIX Jornadas ANPIR: 6 razones para apuntarse

En menos de cuatro meses se van a celebrar las XIX Jornadas de la Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos y Residentes (ANPIR), que tendrán lugar en Oviedo entre el 6 y el 8 de Junio de 2019. Si eres psicólogo/a, estudiante de psicología o una persona interesada en general en la especialidad, no tienes excusa para perderte el evento. Pero si, por algún extraño motivo, tienes dudas respecto a si inscribirte o no, aquí van algunas razones de peso dirigidas a convencerte de que vengas a pasar esos días con nosotros.


#1. Por el programa: variedad y calidad.
Hemos organizado una programación variada en la que dar espacio a muchos de los ámbitos en los que se desarrolla y aplica la psicología clínica: psicoterapia, psicología clínica infanto-juvenil, neuropsicología, psico-oncología, cuidados paliativos, perspectiva de género… De ahí el lema de las jornadas: “Psicología Clínica: una especialidad, diferentes contextos”. Una buena manera de ponerse al día con respecto a lo que se está haciendo en cada una de esas áreas.


#2. Por los y las ponentes.
Algo que en ocasiones se echa en falta en congresos y jornadas es la presencia de ponentes que provengan de “las trincheras”, es decir, que estén trabajando a diario con personas, aplicando sus conocimientos y pericia como clínicos. Durante tres días vamos a poder disfrutar de mucho talento, tanto por parte de expertos reconocidos a nivel internacional, como de especialistas jóvenes deseosos de compartir su experiencia en diferentes servicios del sistema nacional de salud. Porque esto último es también importante: casi la totalidad de los ponentes trabajan en la sanidad pública. Por si fuera poco, tener a participantes de la talla de Richard Bentall (uno de los mayores expertos en psicosis) y de Lucy Johnstone (presentando en España esa maravilla que es el Marco del Poder, Amenaza y Significado) es todo un lujo y motivo suficiente para apuntarse.


#3. Por los talleres pre-congreso.
Para ir abriendo boca, antes de la inauguración se van a realizar dos talleres simultáneos a los que te puedes apuntar también. Javier Aznar, director de los programas de atención a menores víctimas de abuso sexual y mujeres víctimas de abuso sexual de la Xunta de Galicia, nos explicará cómo intervenir en estos casos tan duros de abuso sexual y trauma. Por otro lado, Pedro Sanz y Nuria Tur harán una introducción al trabajo con adolescentes desde la Terapia Basada en la Mentalización.

#4. Por la oportunidad para compartir intereses e inquietudes.
Os voy a confesar un pequeño secreto: cuando voy a una jornada de este tipo, disfruto tanto (¡o más!) con el “Congreso B”*, esos momentos entre conferencia y conferencia, en las comidas y cenas, en las que estás en compañía de otros profesionales y estudiantes que comparten tu misma pasión: la psicología clínica. Sesiones informales de las que también aprendes mucho y con las que, además, te diviertes. Es una oportunidad para reencontrarte con amigos y compañeras que viven en otros puntos de la geografía, para ponerte al día y retomar el contacto. También es una oportunidad para hablar con los conferenciantes. En la noche del viernes es posible apuntarse a una cena donde relajarse e intercambiar ideas, números de teléfono y direcciones de e-mail. Recuerdo lo emocionante que fue, por ejemplo, el año pasado hablar (bueno, más bien balbucear en inglés) y hacerme una foto con Robert Whitaker.

#5. Para poder exponer tus trabajos e investigaciones.
Para aquellos que están haciendo investigación en la práctica clínica es una oportunidad de presentar sus resultados, ya sea por medio de una comunicación oral o a través de un póster científico. Esto a veces hasta puede abrir algunas puertas o dar lugar a situaciones, cuando menos, interesantes (tal vez algún día cuente alguna cosa al respecto).

#6. Por visitar Asturias en verano.
Si nunca has estado en Asturias, esta es una magnífica oportunidad para conocer la hermosura de sus tierras y el buen talante de sus gentes. Y si ya has estado aquí… bueno, en ese caso no hace falta que diga nada para convencerte de que vuelvas en esta ocasión. ¡No conozco a nadie a quien no le haya gustado este lugar! Cuando en gran parte de España empiece a apretar el calor, aquí vamos a tener una temperatura ideal para disfrutar de las jornadas y del tiempo de ocio: tomar unas sidras en una terraza en Gijón, pasear por las calles de Oviedo, realizar una excursión por cualquiera de los cientos de pueblos con encanto de la comunidad… Tienes opciones donde elegir, todas ellas buenas.


Toda la información de las jornadas (y el formulario para inscribirse) está disponible en: https://www.anpir.org/jornadas-2019/


¡Nos vemos en Oviedo!


*Nada que ver con Cajas B o similares.

jueves, 7 de febrero de 2019

Proyectos y sobrecarga

Tengo que pedir disculpas a los lectores de El Lecho de Procusto por tener este terreno un poco abandonado. Siempre pienso en actualizar este blog y en mi mente se acumulan algunos temas que creo que pueden ser de interés de quienes suelen visitar este lugar. Por ejemplo, hace tiempo que quiero escribir algo sobre el auto-cuidado del profesional de la psicología clínica, un tema muy importante. De hecho, algo tiene que ver con el hecho de que haya tardado tanto en publicar una nueva entrada: soy consciente de que llevo mucha carga laboral sobre los hombros en estos momentos y necesito descansar cuando puedo.

Así que hoy voy a aprovechar y a utilizar mis justificaciones por haber tardado tanto en actualizar el blog como una nueva publicación en si misma. No toca hablar de algún tema específico, si no de cuestiones personales relacionadas con mi actividad profesional (en sus múltiples facetas). Lo que viene a continuación es un listado de todos los asuntos en los que ando metido, algunos de los cuáles se verán reflejados de forma más extensa en próximas actualizaciones.

Lo primero es lo primero: el trabajo clínico. En el mes de Enero el número de nuevas consultas ha sido elevado en años anteriores, especialmente si lo comparamos con otros meses. Y en este 2019 la demanda se ha disparado todavía más, de manera que paso muchas horas haciendo psicoterapia. Es un privilegio tener tanto trabajo y disfruto de ello, a pesar de todo el tiempo que requiere.

Por otro lado, formo parte del comité organizador de las próximas Jornadas de ANPIR, que se celebrarán en Oviedo del 6 al 8 de Junio de 2019. Nunca me había enfrentado a una tarea de este tipo y lo cierto es que me está dando mucho trabajo. ¡Menos mal que el comité está lleno de gente trabajadora que está haciendo todo lo posible por organizar un evento que merezca la pena! Hablaré del programa próximamente, pero de momento quiero resaltar la presencia en las jornadas de dos profesionales de reconocido prestigio internacional: Richard Bentall, uno de los mayores expertos en psicosis, y Lucy Johnstone, psicóloga clínica que presentará en España su trabajo sobre el Marco del Poder, Amenaza y Significado.

Con respecto a próximas publicaciones, pronto estará disponible en la revista Papeles del Psicólogo un artículo en el que he colaborado con Xacobe Fernández, quien ha tenido una idea muy original e interesante que hemos desarrollado con mucho entusiasmo. De momento no revelaré el tema del que trata, pero estoy seguro que va a llamar la atención. En la misma revista, está pendiente de publicarse también la versión en inglés de Pericia, Efectos del Terapeuta y Práctica Deliberada.

Además, tengo algún otro escrito en revisión, realizado en colaboración con otros grandes amigos y compañeros psicólogos clínicos. Revisarlo, editarlo y mandarlo es algo que me ha ocupado también bastante tiempo. Y aún me queda algún que otro proyecto secreto en el que estoy trabajando cuando tengo tiempo (es decir, ¡casi nunca!).

Por cierto, hablando de artículos, esta semana se ha publicado una entrada en el blog Therapy Meets Numbers en el que se revisa nuestro artículo del año pasado sobre el uso de feedback en psicoterapia. El autor, un clínico inglés al que no conocía, me contactó hace unas semanas pidiéndome permiso para publicarlo. Y la verdad es que es un honor que alguien se haga eco de tu trabajo y le dedique tan agradables palabras. Puedes ver dicha publicación pinchando en: Every picture tells a story.

En cuanto a formación, me he metido en un verdadero lío: solapar durante seis meses dos cursos diferentes. Acabo de comenzar la formación en la Escuela Vasco-Navarra de Terapia Familiar mientras finalizo el Máster en Terapias Contextuales de la Universidad de Almería. Este año está siendo maravilloso poder contar con las sesiones de supervisión con Iván Torres, quien, además de enseñarme mucho de Terapia de Aceptación y Compromiso y de Psicoterapia Analítico-Funcional, es un gran compañero. Pronto llegará la hora de realizar el trabajo fin de máster (más cosas que hacer, ¡estupendo!).
Por cierto, esta puede ser una buena ocasión para recordar mis publicaciones en este blog sobre terapias contextuales: ACT, Mindfulness, TCBP, TIP y otras.

Todavía hay más: alguna que otra ponencia para los próximos meses y de las que iré dando más detalles a medida que se vayan concretando las propuestas.

Y, cuando me queda algo de tiempo, hasta intento tener un poco de vida personal.

Creo que todo esto hace que me merezca el perdón por parte de aquellos que esperan como agua de mayo nuevas actualizaciones del blog (en el caso de que exista un ser similar). Prometo* que pronto volveré y será con algo de mayor fundamento y menor dispersión.

¡Y recordad que os podéis subscribir al blog introduciendo vuestra dirección de e-mail en la casilla de la parte superior derecha!


*El cumplimiento de dicha promesa no está garantizado de ninguna manera.

viernes, 11 de enero de 2019

De la mejor terapia del universo a las revistas depredadoras

Me hubiese gustado publicar esta entrada el pasado 28 de Diciembre porque, en cierto sentido, lo que voy a contar aquí tiene tintes de inocentada, aunque la cosa es bastante seria. Pero en esas fechas, ya se sabe, el tiempo se escapa a gran velocidad. Hoy voy a hablaros de la terapia psicológica más eficaz del universo y de cómo gracias a ella terminé conociendo lo que son las revistas depredadoras.


Todo empezó por pura casualidad. Un día, paseando por Researchgate, me encontré con un comentario escrito por un tal Robert Moylan, el cual proclamaba los supuestos grandes beneficios de un enfoque terapéutico totalmente desconocido para mi: Emotional Core Therapy (ECT), algo así como “terapia del núcleo emocional” (perdonen la burda traducción, pero este invento tampoco se merece mucho más). El mensaje tenía toda la pinta de ser una especie de spam fraudulento que buscaba vender un producto muy concreto, la propia terapia ECT. Guiado por la curiosidad, me lancé a hacer una búsqueda en diferentes buscadores (generalistas y especializados) sobre Moylan, creyendo que la historia no tendría mucho recorrido y que no hallaría más que un puñado de resultados al respecto. Nada más lejos de la realidad.

Me encontré al señor Moylan hasta en la sopa (sin embargo, no pienso poner ni un solo enlace porque no quiero darle más publicidad). Además de su página web, tiene vídeos en Youtube, entrevistas en algún programa de televisión, varios libros a la venta en Amazon y algunos “artículos” publicados en “revistas científicas”. Mi interés siguió creciendo: según la página web oficial de ECT, “El Sr. Moylan proporciona evidencia científica de que la Emotional Core Therapy es el enfoque psicológico más simple, más efectivo y más inclusivo del mundo para tratar estrés relacional y psicológico. El Sr. Moylan ha probado su enfoque ECT miles de veces”. ¡Casi nada!

¿Quién no querría aprender la terapia más efectiva del mundo? Y si es la más sencilla, ¿bastará con leerme algún libro? Eso debieron pensar los pobres incautos que acudieron a Amazon a comprarlo, sobre todo cuando vieron las más de 300 opiniones que acompañan al producto, prácticamente todas ellas positivas. Sin embargo, leamos alguna de las escasas críticas negativas que podemos encontrar allí: “Como psicoterapeuta con una estantería llena de libros de psicología, counseling y auto-ayuda, me quedé intensamente decepcionado con este libro. Es el único libro que he pensando devolver en mi vida. Leí página tras página, esperando encontrar contenido útil de verdad, intervenciones o ideas sólidas o un encuadre para la ECT, solo para darme cuenta de que NO HAY NADA. No sé cómo se pueden escribir tantas páginas sobre nada, pero eso es lo que ha hecho este autor (…). Encargué este libro en base a las numerosas buenísimas reseñas, pero mirándolas más a fondo he llegado a creer que la mayor parte son falsas. Muchas usan las mismas ideas o frases...”. Efectivamente, lo que parece que sucede con los libros de Moylan en Amazon (tiene otro para adolescentes, otro para cuestiones espirituales y otro que… ¡aplica la ECT al golf!) es que se ha encargado de utilizar un montón de cuentas falsas (o ha contratado un servicio para hacerlo: esas cosas existen) para dejar una opinión muy positiva de su “obra”.

Pero echémos un vistazo al libro sobre la terapia más efectiva del mundo (el cual, en este caso no me avergüenza decirlo, he adquirido descargándolo por internet de forma poco ortodoxa). La primero que nos encontramos es una “advertencia” que dice así: “Este libro detalla las experiencias y opiniones personales del autor sobre salud mental y relaciones. El autor y el editor proporcionan este libro y sus contenidos sobre una base “tal cual” y no representan o dan garantías de ningún tipo con respecto a este libro y a sus contenidos (…) Además, el autor y el editor no representan o garantizan que la información accesible a través de este libro sea precisa, completa o actual”. Curioso. Un libro sobre algo tan maravilloso y que comienza diciendo que no se garantiza que lo escrito sea real. Quizás por eso no se aporta ni una sola referencia a lo largo de todo el volumen.

En la página web, donde hay una sección de formación igualmente sospechosa, se nos remite a la advertencia anteriormente mencionada, añadiendo que “La efectividad clínica a largo plazo de la ECT no puede ser puesta a prueba debido a la complejidad del proceso ECT [vaya, ¿pero no era el enfoque más simple del mundo?]. La única manera de probar la efectividad de ECT es mediante el método científico y trabajando el proceso con el ojo desnudo (¿?). En otras palabras, tienes que aplicar continuamente el proceso ECT a tu propio estrés o al de otros hasta que lo domines. Entonces es cuando necesitas hacer esta prueba a ojo desnudo con otro enfoque disponible para compararlo. ECT no puede prometer felicidad o un resultado positivo para cualquier individuo”.

Está bien, una página web para vender formación en un método que no funciona la puede hacer cualquiera. Escribir y publicar un libro también, así como pagar por bots o crear falsos usuarios de Amazon para que lo valoren positivamente. Lo mismo podemos decir de subir vídeos a Youtube haciendo una especie de seminarios para darle una mayor apariencia de seriedad al asunto. Sin embargo, también existen artículos de ECT publicados en revistas con revisión por pares. Así que quizás haya algo de verdad, después de todo. Porque ninguna revista científica publicaría un artículo que dice que una terapia es la más efectiva de todas sin que exista una buena fundamentación para ello.

¿O si?

Dirijamos la mirada ahora hacia uno de esos artículos de Moylan, de acceso abierto y publicado en una revista que dice tener revisión por pares. Tampoco hace falta ser muy meticuloso para darse cuenta que es una tomadura de pelo. El “trabajo” es brevísimo, no está bien estructurado y solo tiene cuatro referencias, que nisiquiera están puestas con el formato adecuado. Pero lo que ya es de risa es leer frases como las siguientes: “La XXXX [nombre de la revista] es un vehículo excelente para diseminar la verdad (…) las revistas son vehículos excelentes para establecer la verdad a través del método científico”. Y, en la sección de “método”: “Ya que cada persona es única a la hora de detectar y tratar el estrés relacional, las únicas herramientas que necesitas para probar su efectividad son tus propios eventos estresantes, mi libro de ECT y vídeos de entrenamiento...”.

Cualquier que haya leído dos o tres artículos de revistas especializadas y que conozca un poco el proceso de revisión sabe que nadie aceptaría la publicación de semejante despropósito y muchos menos si contiene la afirmación de que la ECT es la terapia que ha demostrado ser más efectiva sin aportar ni una sola prueba de ello. Por no hablar de que un niño de 10 años haría una redacción infinitamente mejor.

Entonces, ¿como es posible que existan unos pocos artículos de este tipo? Al principio pensé que la revista no existía y que era otra invención de Moylan. La página web de la misma tiene un aspecto bastante cutre que nada tiene que ver con el diseño habitual de este tipo de publicaciones. Sin embargo, al investigar un poco más me encontré con que la revista era real y que, según dicen, sigue un proceso de revisión por pares. Pero hay algo extraño. En vez de hablar de su factor de impacto, se refiere a al Índice Copernicus; y cuando menciona los sitios en los que está indexada, nombra páginas como Academia.edu, Researchgate o Google Scholar. Y así es como descubrí lo que es una revista depredadora.

Las revistas depredadoras son básicamente publicaciones en acceso abierto que se alimentan de la tasas que cobran a los autores por publicar sus artículos. Si bien es cierto que en muchas revistas serias los autores tienen que pagar un precio, este generalmente tiene que ver con servicios editoriales y demás que son necesarios para garantizar unos mínimos de calidad. El problema con las depredadoras es que las tasas nada tienen que ver con los costes de publicación o de edición. De hecho, aunque muchas, como en el ejemplo anterior, presumen de seguir una revisión por pares, esto realmente no se lleva a cabo. Tampoco hay gastos derivados de una edición en papel, de maquetación o diseño: las páginas webs de estas publicaciones y los artículos en si mismos están elaboradas mínimamente. Son revistas fraudulentas, en definitiva, cuyo único objetivo es sacar provecho económico, por lo que aceptan publicar prácticamente cualquier cosa, independientemente de su calidad o veracidad.

Ejemplo de lo anterior es el caso de un estudiante que, en el año 2010, envió un manuscrito que fue aceptado para su publicación (siempre que se pagara la tasa, claro), a pesar de que el artículo había sido generado aleatoriamente por un programa informático y estaba repleto de sinsentidos. Interesante también es el experimento del “Doctor Fraude”: un grupo de investigadores se inventó a una persona que se ofreció para formar parte del comité editorial de un buen número de revistas. A pesar de que no había publicado ni un solo artículo en su ficticia carrera y de que en su currículum decía haber escrito libros que no existían (publicados, además, por editoriales falsas), hasta 40 revistas aceptaron tenerla como editora. En 2013, John Bohannon escribió un artículo con defectos evidentes acerca de un supuesto constituyente y lo envió a varias revistas. El 60% de las publicaciones de acceso abierto lo aceptó, a pesar de su falsedad.

El problema ha ido creciendo a lo largo de los años, y ya en 2014 se estimaba que había unos 420000 artículos publicados en este tipo de revistas, cuyo número llegaba a las 8000. En un esfuerzo por ayudar a autores y lectores a filtrar este tipo de publicaciones, se han elaborado listas de revistas depredadoras, disponibles en internet y accesibles para cualquier persona.

Queda claro (por si alguien no lo sabía todavía), que muchos hacen de la ciencia y la asistencia sanitaria un negocio. No les importa generar conocimiento ni contribuir al desarrollo técnico, mucho menos el bienestar de las personas. Solo les preocupa su bolsillo. Los timadores también habitan la comunidad científica. Tienen en sus manos herramientas para difundir sus fraudes. Basta hacerse un página web bonita, publicar algunos libros vacíos de contenido en alguna editorial de bajo coste, subir vídeos a Youtube y mandar artículos a revistas dirigidas por otros personajes con la misma falta de conciencia moral y similar deseo de lucrarse sin importar el cómo.

En el fondo, lo que de verdad me preocupa es la posibilidad de que cosas similares sucedan también en las publicaciones consideradas serias. Al fin y al cabo, quien tenga un mínimo de formación y de experiencia se puede dar cuenta fácilmente de si está ante un artículo fraudulento o no. Cuesta más ser crítico y examinar a fondo los resultados mostrados en nuestras revistas de referencia, especialmente cuando apoyan las propias ideas, creencias o metodologías. Y, sin embargo, también ahí podemos encontrar problemas. Pero esa es otra historia.


Por lo demás, demos las gracias a Robert Moylan por descubrir la terapia más sencilla y efectiva del universo, que tanto sirve para gestionar el estrés interpersonal como para mejorar tu swing jugando al golf. ¡Gracias Señor Moylan!


lunes, 31 de diciembre de 2018

Pequeños éxitos

Cuando era niño, una práctica habitual en muchas tele-comedias era la de hacer capítulos especiales durante fechas señaladas (Navidades, por ejemplo). Estos episodios consistían en una especia de recopilatorio de “los mejores momentosde esa o de anteriores temporadas: el contenido novedoso era mínimo y los 20 o 30 minutos que duraba el especial se componía casi en su totalidad de escenas ya emitidas previamente, habitualmente presentadas como recuerdos de alguno de los personajes principales de la serie.

Hoy recojo esa práctica y la adapto al formato blog para finalizar el año. Esta es mi particular versión de los “grandes éxitos” (pequeños, en realidad, pero importantes para mi) de El Lecho de Procusto, un listado de las cinco entradas que más visitas han tenido hasta la fecha, que no solo sirve para recordar algunos de aquellos escritos si no también para que las personas que no los leyeron en su momento (quizás recién llegadas a esta página web) tenga ahora la oportunidad de hacerlo.

Junto a esas cinco entradas incluiré otra lista, la de los artículos publicados durante este año en diversas revistas especializadas y en los que he participado como co-autor.


Entradas con más visitas

Una cuestión importante para el desarrollo profesional de los psicólogos clínicos: ¿mejora tu rendimiento si pasas por terapia personal? A pesar de que la mayoría de las personas que ha vivido la experiencia la califica como positiva y de que en muchas escuelas de psicoterapia es un requisito imprescindible para completar la formación, la realidad es que hoy en día no se ha podido demostrar que aquellos clínicos que han pasado por terapia personal sean más eficaces que el resto.

Esta entrada ha resultado polémica y mal recibida por parte de algunas personas (algún día contaré hasta qué punto). Es, en parte, curioso que sea así, teniendo en cuenta que lo que se hace es explicar la legislación sanitaria vigente que regula la especialidad en psicología clínica, quién puede anunciarse como psicólogo o psicóloga clínica y quiénes pueden trabajar en este ámbito. Ni más ni menos.

Mi reseña sobre este enfoque de terapia y de la tercera edición del libro de Miller y Rollnick suscitó también bastante interés. No es para menos, la obra es buena y la Entrevista Motivacional es un tipo de intervención aplicable por parte de clínicos de diferentes orientaciones y que goza de evidencia empírica.

Una entrada con varias lecturas sugeridas para los/las PIRes que inician su formación en psicoterapia, ¡pero que también puede ser del interés de estudiantes, clínicos y psicólogos en general!

Una crítica a lo que algunos psicólogos se dedican a decir en los medios de comunicación y la mala imagen que dan a la profesión. Algo que, en cierto sentido, representa muy bien la siguiente viñeta.


 
Artículos publicados en revistas especializadas durante el 2018

En este trabajo se discute acerca de la excesiva proliferación de diferentes tipos de psicoterapia y el negocio construido alrededor de los mismos: métodos patentados, cursos, acreditaciones oficiales, libros, etcétera. Se muestra cómo la evidencia científica no justifica la práctica habitual de privilegiar el tipo de tratamiento concreto que se utiliza en terapia sobre otras variables que han demostrado ser más relevantes, especialmente aquellas asociadas a la relación terapéutica y a los factores vinculados a terapeuta y paciente. Finalmente, se plantea la necesidad de abandonar la competición entre modelos y centrar la investigación en aquellos factores que hacen de la psicoterapia un procedimiento eficaz para solucionar problemas de salud mental, más allá de la marca (paradigma) del tratamiento empleado.

The general aim of this research is to evaluate the singular weight of attachment relationships in psychopathology, to determine the point to which these relationships cannot be subsumed by other variables that are famously related to attachment, such as experience of stressful life events, social support, and coping styles. 172 people treated in mental health centers provided data related to these four aspects and about manifestations of psychopathology. Multiple linear regression analyses determined that 51% of the variance in the level of symptomatology is explained with six variables: two related to adult attachment (fear of rejection and abandonment in romantic relationships, and the degree of similarity to the fearful prototype), one related to social support (family appreciation), one to life events (overall perceived stress), and two to coping style (cognitive restructuring and social withdrawal). Fear of rejection was the variable accounting for the most variance. The findings suggest that adult attachment is a non-redundant individual factor associated with manifestations of psychological dysfunction and highlight the desirability of taking attachment history into account in clinical practice.
En el campo de la investigación en psicoterapia existe una intensa dialéctica entre el enfoque centrado en los resultados y el enfoque centrado en el proceso psicoterapéutico. La Práctica Basada en la Evidencia integra ambas posturas junto a las características del paciente y la pericia de los clínicos. De este modo, las variables de proceso tienen una mayor visibilidad en la última década. En este trabajo se aborda una de ellas: la monitorización sistemática de resultados y el uso del feedback del paciente en psicoterapia. Se realiza una presentación del tema en nuestro entorno y se ilustra mediante la exposición de 5 casos clínicos. Se revisa el estatus empírico de la cuestión, sus principales virtudes y algunos inconvenientes para su generalización en la práctica clínica.
La Práctica (Clínica) Basada en la Evidencia se define como la integración de la mejor investigación disponible con la pericia clínica y las características, preferencias y cultura del paciente. Del mismo modo, la variable terapeuta empieza a mostrar su influencia decisiva en el resultado de los tratamientos psicológicos. En este trabajo se pone el énfasis en la figura del terapeuta en el contexto del programa de formación PIR (Psicólogo Interno Residente) de especialistas en Psicología Clínica de nuestro Sistema Nacional de Salud. Se revisan los constructos pericia, efectos del terapeuta y se presenta la Práctica Deliberada como un sistema de entrenamiento que puede ayudar a mejorar los resultados de los clínicos y sus tratamientos. Se realizan recomendaciones concretas para mejorar el modelo de supervisión durante la residencia PIR y se discuten algunas de las implicaciones y limitaciones del estado actual de la cuestión.


Y con esto finalizamos el 2018. Aprovecho la ocasión para desearos un muy feliz fin de año. Que el 2019 esté lleno de buenos momentos, solidaridad, afecto y respeto.

domingo, 23 de diciembre de 2018

Para vosotros y vosotras, valientes

Durante estas fechas, en las que muchas personas disfrutan de un merecido período de vacaciones, llenas de momentos festivos y celebraciones en nuestra cultura, hay un pequeño pero significativo número de valientes que continúa haciendo un esfuerzo casi sobrehumano con el fin de alcanzar el objetivo por el que llevan tanto tiempo luchando. Ellas y ellos son lo que los galos a los romanos en los cómics de Astérix. No sé cuál es su poción mágica ni de donde la sacan, pero lo cierto es que hay algo que les permite mantenerse firmes y seguir adelante. Estoy hablando, por supuesto, de las miles de personas que preparan el examen de acceso al PIR de la actual convocatoria. A vosotros, valerosos estudiantes, va dedicada la entrada de hoy.


Muchos hemos estado ahí antes y sabemos que lo que estáis haciendo es duro, muy duro. Vuestro entorno no entenderá a veces que apenas os toméis un descanso, las largas horas en frente de los libros, las conversaciones frikis con vuestras compañeras acerca de si “en el Belloch dice que esto es así, pero en el Vallejo pone lo contrario” y similares. Y aunque muchas veces os sentís incomprendidos, no dejáis de perseguir vuestra ansiada plaza.

Hay momentos en los que aparece en vosotras la tentación de tirar la toalla y dedicaros a otra cosa. Sabéis que otras antes lo hicieron así y os parece comprensible (lo es). Sin embargo, cuando parece que ya todo está perdido, volvéis a levantar la cabeza, llenáis la mochila de libros y apuntes y os ponéis de nuevo rumbo a la biblioteca. ¡Qué valentía! ¡Qué osadía!

Porque si, el PIR se convertirá en una especie de hogar para vosotras. Allí os van a nutrir, a cuidar, a enseñar. Cuando hayan pasado los cuatro años de residencia y miréis hacia abajo, al camino recorrido para haber llegado allí, os daréis cuenta de que ha merecido la pena. Habréis luchado por lo que era importante para vuestro desarrollo profesional (y seguramente personal), siendo coherentes y honestos con vosotros mismos y, sobre todo, con las personas a las que atenderéis. Para muchas de ellas, jugareis un papel muy importante en una parte de su vida. Y estaréis contribuyendo al bienestar de la comunidad en general. Así que, ¡por favor, no dejéis de seguir caminando en esa dirección! ¡Los que ya llegamos estamos deseando recibiros con los brazos abiertos!

La recta final es complicada. Lo cierto es que ni siquiera es una recta, es un tramo lleno de curvas. Por eso es importante darse cuenta de que lo que estáis haciendo tiene un sentido. Hace unos días, en una conocida red social, una de esas valientes personas que prepara el PIR, en su búsqueda de motivación, proponía a las que ya habían hecho la residencia que contaran sus mejores recuerdos durante la misma. Con el permiso de quienes contestaron, y de forma anónima, aquí van algunos de esos comentarios. Espero que esto os ayude de alguna manera a todos los que en estas fechas seguís demostrando que sois como Astérix, Obélix y el resto de valerosos galos.

En mi caso sería una mezcla de los profesionales y personas que he conocido (entre ellos el que es mi pareja desde hace 4 años) y la cantidad de situaciones de aprendizaje que he tenido la oportunidad de vivir: la psicoterapia y las cosas que te enseñan los pacientes, las supervisiones, las formaciones, exponer sesiones clínicas, ir a congresos, llevar terapias grupales, la rotación externa (y todo lo que me cambió), participar en la elaboración de protocolos o iniciar atenciones grupales en algún servicio concreto que luego continúan como oferta asistencial, sentirme parte de un equipo multidisciplinar y aprender con/de otras profesiones... Son tantas cosas que no puedo elegir solo una”.

Lo primero que se me viene a la mente es los compañeros y compañeras que he encontrado “por el camino” y que afortunadamente conservo”.

El hambre de experiencias y compromiso profesionales (se atenúa con el tiempo), es un privilegio sentirse en la trinchera y protegido, te pasan las balas muy cerca y solo te pasan el fusil cuando estas preparado para la batalla. Reconocer maestros en algún tutor. Seguro las amistades que duran, las que hice luego y las que vendrán en ese contexto. Sentir orgullo con en el talento de mis compañeros. Activismo político. Fui papá en el hospital donde curraba. Es una profesión que puede llegar a ser muy especial, el que lo probó lo sabe.”

Te llevas muchas cosas. Muchas siguen durando. Aunque estuvo muy bien que en uno de los grandes hospitales de España, el último día de residencia, en un salón de actos repleto, donde se repartían los diplomas de especialidades, la Psicología Clínica le levantara el premio de investigación final de residencia a las otras especialidades médicas. Fue un buen subidón, la verdad”.

Ver unidos a residentes y adjuntos para defender la Psicología Clínica cuando hizo falta”. 
 
Las sensaciones al trabajar, mezcla de curiosidad y vértigo al enfrentarte a nuevos casos. El apoyo de la inmensa mayoría de los supervisores. Luego, ya más mayor, el activismo, el compromiso, la unión”.

Las personas que he conocido (no solo del ámbito clínico) y los cientos de pacientes-usuarios con los cuales he ido aprendiendo una profesión”.

Son cuatro años a intensidad experiencial máxima, en lo bueno y no tan bueno. Al principio cuesta situarse, pero si estás en el momento adecuado, maduro para vivirlo, es una experiencia insuperable”.

Lo mejor de la residencia... ¡¡poder seguir juntándonos a recordar!!

Recuerdo como uno de los días mas emocionantes de mi vida cuando se anunció el numero de orden de plaza PIR oficial y la jornada de adjudicación de plazas. En nuestra comunidad nos reunimos e hicimos un tour para conocer todos los hospitales. Los resis nos recibían con los brazos abiertos para ficharnos en su hospital”.

El conocer compañeros y aprender de ellos. Pero yo me quedo con momento para mi importantes como las cañas después del curro, donde nos uníamos los resis en ocasiones y hacíamos piña (yo hice la resi fuera de mi ciudad y esa unión con mi Co-R, R mayores y R pequeños fue un gran arrope emocional)”.

El aprender acompañada de adjuntos y compañeros y vernos crecer personal y profesionalmente. El ver como los miedos del principio se van transformando en mayor seguridad, las lecturas compartidas, las cañas de los miércoles, en las que puedes hablar horas sobre el trabajo y seguir pasándotelo bien. Las chancletas (festa de todos los resis de Galicia donde damos la bienvenida a los nuevos y despedimos a los que terminan la residencia). El recuerdo de algunos pacientes, que te tocan especialmente... La rotación por interconsulta, que te hace crecer... (a veces la rabia y el aprender a manejarla). El conseguir pequeños grandes logros tras años de esfuerzo, entre todos los resis (como fue la atención continuada en nuestra comunidad y en nuestra área en concreto), los mayores que nos han enseñado a luchar por los derechos de los pacientes en Salud Mental (y nos han transmitido la historia que hay detrás). La manifestación delante del ministerio (empanada incluida...). La entrada en Atención Primaria de los Pires... Las sesiones clínicas, el prepararlas con el resto de resis, la sesión de despedida y las distinta emociones que la acompañan... La música que nos sigue regalando nuestro tutor en cada evento… ¡Es una experiencia increíble a todos los niveles! Es difícil quedarse con un recuerdo, creo que son múltiples recuerdos, personales y profesionales que no es fácil aislar”.

Para mí fue una experiencia tan gratificante que tardé años en empezar a sentirme adjunta, seguí hablando de nosotros los pires mucho tiempo. Hoy ya no se me escapa, pero son muchos los momentos en que me siento PIR, ¡y me encanta! Por otro lado, ahora veo también el estímulo que son los residentes para los adjuntos, cada día te obligan a aprender, a seguir creciendo, a seguir viendo retos en todas partes... También lo que queda por hacer, lo que podríamos hacer y tantos miles de cosas”.

Me acordé de una supervisión con mi tutor de rotación el primer año como PIR. Después de que me diera su opinión sobre el caso y algunas indicaciones, añadió algo así como "...pero tú puedes hacerlo cómo quieras, que yo te apoyaré". Es uno de esos momentos en los que te sientes respaldado y considerado como profesional capaz y que te marcan en cierta manera”.

Las compañeras de residencia, la supervisiones informales que hacíamos entre todas. Y los pacientes de los que tanto he aprendido durante estos años”.



¡Mucho ánimo y felices fiestas a todas/os!