lunes, 6 de marzo de 2017

Funciones del Psicólogo Clínico (II)

Continuamos con el artículo sobre las funciones del Psicólogo Clínico. Hoy vamos a ver cuáles son estas, en qué ámbitos se desempeñan y cuál es la situación actual en la sanidad pública española.


Competencias y funciones del Psicólogo Clínico

Las competencias legales del Psicólogo Clínico se pueden agrupar en cuatro grandes áreas: clínico-asistencial, dirección, administración y gestión, docencia y, por último, investigación. Estos grupos abarcan todas las actividades que este perfil profesional desempeña en los servicios autonómicos de salud que forman parte del Sistema Nacional de Salud.

a) Competencias en el área clínico-asistencial:

  • Evaluación: incluye la capacidad técnica y profesional para valorar la existencia de factores de riesgo para la salud mental y la salud general, así como de trastornos mentales comunes y graves y otros factores relacionados con la salud y enfermedad física y mental. La evaluación no solo afecta a la primera fase del proceso asistencial, si no que está presente a lo largo de todo el episodio clínico: se evalúa el estado del paciente en todo momento, así como el efecto de las intervenciones que sobre él tienen lugar. 
     
  • Diagnóstico: el Especialista en Psicología Clínica es competente para identificar trastornos mentales y realizar el correspondiente diagnóstico, según los criterios de las clasificaciones internacionales, en cualquier momento del ciclo evolutivo del paciente. Este diagnóstico no se limita a la detección de trastornos mentales, si no que abarca también la identificación de problemas, dificultades y factores de riesgo que presentan los individuos, grupos o comunidades a nivel emocional, cognitivo, comportamental, físico y social y que no encajan dentro de las categorías diagnósticas al uso pero si afectan a la salud mental. El Psicólogo Clínico es competente para definir el nivel del gravedad y hacer previsiones sobre la evolución del cuadro.

  • Tratamiento: como profesional autónomo y facultativo especialista, está en disposición de tomar decisiones acerca del tratamiento y las intervenciones a realizar. Los medios técnicos que utiliza para tal fin consisten, principalmente, en abordajes basados en la psicoterapia y el diseño, programación e implementación de tratamientos psicológicos eficaces, que pueden ser individuales, familiares y grupales. Las técnicas de tratamiento las escoge de entre aquellas que han contrastado su validez para el problema sobre el que se va a intervenir
     
  • Intervención en crisis y urgencias: las tareas de evaluación, diagnóstico y tratamiento se pueden llevar a cabo también en el contexto de una intervención urgente o de crisis individual, familiar o comunitaria.

  • Coordinación: asesoría y tareas de interconsulta, así como formar parte de equipos integrados por otras especialidades sanitarias, junto con actividades de coordinación con otros niveles asistenciales y servicios o dispositivos.

  • Prevención y promoción de la salud: fomentar y promover los ‡hábitos de salud en la poblaci—óón general.

b) Dirección, administración y gestión:

  • Dirección, planificación, gestión y coordinación: los Psicólogos Clínicos pueden ejercer estas funciones en servicios, equipos y programas, especialmente aquellos dedicados a la salud mental. 
     
  • Organización del puesto de trabajo: organiza su actividad de tal manera que tiene en cuenta la inclusión de la misma dentro de una planificación global que incluye al resto de profesionales y recursos del servicio. 
     
  • Administración y gestión de la información: recogida, elaboración, utilización y transmisión de la información clínica, asistencial y de otro tipo, siguiendo los protocolos y normativas del servicio de salud, así como aquellos otros factores que garantizan la calidad de la asistencia.

  • Coordinación y colaboración: trabajar con otros profesionales, del mismo o diferente nivel asistencial, de forma coordinada y multidisciplinar, aportando los conocimientos propios de su especialidad, así como recibiendo las aportaciones, valoraciones y críticas de los otros miembros de los equipos.

  • Conocimiento y utilización de los recursos: conocimiento y uso óptimo de los recursos asistenciales, sanitarios y no sanitarios, de su medio, con responsabilidad y de manera que promueva y favorezca la salud de la población.

c) Docencia:

  • Participación en acciones formativas: este punto lo lleva a cabo mediante el diseño, programación, organización y coordinación de acciones dirigidas a otros profesionales sanitarios y equipos asistenciales, mediante sesiones clínicas, sesiones monográficas, actualización de conocimientos, exposición de casos clínicos, revisiones bibliográficas, supervisión, etc.

  • Supervisión y tutorización: los Psicólogos Clínicos son competentes para realizar actividades de supervisión y tutorización de residentes de Psicología Clínica y estudiantes pre y post graduados de Psicología, así como para colaborar en la formación de residentes y estudiantes de otras especialidades médicas y en la de otro tipo de profesionales en formación.

d) Investigación:

  • Participación en tareas de investigación: diseño, desarrollo, aplicación, dirección, coordinación y evaluación de investigaciones que estén relacionadas con los procesos de salud en general y de la salud mental, de forma específica, así como colaboración en las realizadas por otros equipos y servicios.

Por último, las actividades desempeñadas por los Psicólogos Clínicos incluyen aquellas reflejadas en la cartera de servicios comunes de atención especializada del Sistema Nacional de Salud, en el apartado de la atención a la salud mental, que “comprende el diagnóstico y seguimiento clínico de los trastornos mentales, la psicofarmacoterapia, las psicoterapias individuales, de grupo o familiares (excluyendo el psicoanálisis y la hipnosis), la terapia electroconvulsiva y, en su caso, la hospitalización. La atención a la salud menta incluye:

  • Actuaciones preventivas y de promoción de la salud mental en coordinación con otros recursos sanitarios y no sanitarios.

  • Diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales agudos y de las reagudizaciones de trastornos mentales crónicos, comprendiendo el tratamiento ambulatorio, las intervenciones individuales o familiares y la hospitalización cuando se precise.

  • Diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales crónicos, incluida la atención integral a la esquizofrenia, abarcando el tratamiento ambulatorio, las intervenciones individuales y familiares y la rehabilitación.

  • Diagnóstico y tratamiento de conductas adictivas, incluidos alcoholismo y ludopatías.

  • Diagnóstico y tratamiento de los trastornos psicopatológicos de la infancia/adolescencia, incluida la atención a los niños con psicosis, autismo y con trastornos de conducta en general y alimentaria en particular (anorexia/bulimia), comprendiendo el tratamiento ambulatorio, las intervenciones psicoterapéuticas en hospital de día, la hospitalización cuando se precise y el refuerzo de las conductas saludables.

  • Atención a los trastornos de salud mental derivados de las situaciones de riesgo o exclusión social.

  • Información y asesoramiento a las personas vinculadas al paciente, especialmente al cuidador/a principal”.


Ámbitos de actuación

El Especialista en Psicología Clínica desarrolla sus actividades clínico-asistenciales en diferentes niveles de intervención: individual, grupal, familiar, comunitario e institucional. Del mismo modo, puede prestar sus servicios y ejercer sus competencias en una serie de dispositivos y servicios que se enumeran a continuación:

  • Centros de Salud Mental de Adultos.
  • Centros de Salud Mental Infanto-Juveniles.
  • Centros de Salud de Atención Primaria.
  • Centros de Atención a las Drogodependencias.
  • Unidades de Hospitalización Psiquiátrica.
  • Comunidades Terapéuticas.
  • Centros de Rehabilitación Psicosocial.
  • Servicios Hospitalarios de Interconsulta y Enlace.
  • Equipos de Tratamiento Asertivo Comunitario.
  • Servicios, Centros y Unidades Hospitalarias y programas específicos: Neuropsicología, Trastornos de la Conducta Alimentaria, Trastornos de Personalidad, etc.

Recientemente, se están empezando a incorporar Psicólogos Clínicos a los equipos de Atención Primaria, desempeñando sus funciones en los Centros de Salud correspondientes.


Situación actual en los servicios de salud que integran el Sistema Nacional de Salud

Como se ha mostrado, las competencias de las Especialistas en Psicología Clínica son amplias y variadades, al igual que los ámbitos en los que se pueden desempeñar. Sin embargo, existe una gran variabilidad entre los diferentes servicios de salud autonómicos. En algunas regiones (por no decir en la mayoría), por ejemplo, es raro que se asignen funciones de dirección o gestión (o “jefaturas de servicio”) en las redes de salud mental. Todavía está “mal visto”, por parte de algunos sectores, que el Psicólogo Clínico sea jefe de unidad, de área de gestión, de un hospital, etc., por el mero hecho de no ser licenciado en medicina, a pesar de que la ley le da esas competencias.

Estos especialistas no están siempre presentes en los centros y dispositivos de salud mental, existiendo, también en este caso, variaciones según entre Comunidades Autónomas. Por ejemplo, en Asturias no hay Psicólogas Clínicas en las Unidades de Hospitalización Psiquiátrica, en las Unidades de Tratamiento de Toxicomanías o en los Equipos de Tratamiento Asertivo Comunitaria, mientras si que las hay en los mismos dispositivos de otras regiones.

Por último, como ya se ha comentado en más ocasiones, la tasa de Especialistas por número de habitantes es muy baja en el territorio español, lo que dificulta que muchas de las funciones mencionadas se puedan desempeñar de forma eficaz y eficiente. 

viernes, 3 de marzo de 2017

Funciones del Psicólogo Clínico (I)

En la entrada de hoy voy a explicar de forma un poco más “ortodoxa” cuál es la definición de Psicología Clínica, qué leyes la regulan y en qué consiste el proceso formativo, aprovechando que recientemente he tenido que elaborar un memoria sobre las funciones del Especialista en Psicología Clínica, que serán expuestas en el siguiente artículo de este blog.


Introducción

A pesar de que la Psicología Clínica cuenta con una larga tradición y sus antecedentes y orígenes se remontan a finales del siglo XIX, su formalización y regularización no se produjo, en España, hasta hace relativamente pocas décadas. En concreto, no es hasta el año 1998 que se publica el Real Decreto 2490/1998, de 20 de noviembre, por el que se crea y regula el título oficial de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica. Este título, expedido por el Ministerio de Educación y Cultura, se constituye como requisito imprescindible para ocupar puestos de trabajo, tanto en el ámbito público como en el privado, que impliquen competencias de Psicologo Clínico.

La creación de dicho título vino precedida por la implantación del sistema formativo PIR (Psicólogo Interno Residente), el método de formación sanitaria especializada que en la actualidad es el único que da acceso al título de Especialista en Psicología Clínica. Asturias fue precisamente la primera Comunidad Autónoma en la que el sistema PIR dio sus primeros pasos. Otras regiones siguieron después implementando experiencias similares, hasta que en el año 1993 se realiza la primera convocatoria estatal para acceder a la formación sanitaria especializada en Psicología Clínica (Orden de 8 Octubrede 1993 por la que se convocan pruebas selectivas 1993 para el acceso en 1994 a plazas de Formación Sanitaria Especializada de Psicólogos Clínicos y Radiofísicos Hospitalarios). Otro hito importante lo supuso la creación, en el año 1995, de la Comisión Promotora de la Especialidad.


Una especialidad sanitaria de la Psicología que se ocupa de los procesos y fenómenos psicológicos y relacionales implicados en los procesos de salud-enfermedad de los seres humanos. Su objetivo es el desarrollo, la aplicación, y la contrastación empírica de principios teóricos, métodos, procedimientos e instrumentos para observar, predecir, explicar, prevenir y tratar trastornos y enfermedades mentales, así como problemas, alteraciones y trastornos emocionales, cognitivos, del comportamiento, de la personalidad, y del ajuste a las situaciones problemáticas de la vida, incluyendo las enfermedades físicas y sus tratamientos […] El campo de acción de la Psicología Clínica abarca la investigación, explicación, comprensión, prevención, evaluación, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de los trastornos mentales, así como de los fenómenos y procesos psicológicos, comportamentales, y relacionales que inciden en la salud y la enfermedad de las personas, desde una concepción integral y multi-determinada de la salud y enfermedad humanas. Para ello se vale de procedimientos de investigación científica contrastados y contrastables”.

La Psicología Clínica, por lo tanto, se ocupa de la salud y la enfermedad psicológica y física, entendidas estas como procesos complejos que están bajo la influencia de múltiples factores que pueden hacer su aparición en diferentes momentos. Se trata de una disciplina profesional y particular de la Psicología, que ha aportado, a lo largo de su devenir, conocimientos teóricos y prácticos y el desarrollo de instrumentos de evaluación, diagnóstico y tratamiento psicológico eficaces para abordar los problemas psíquicos, entre otros aspectos.

Su actividad se puede ejercer tanto en el ámbito público como en el privado, interviniendo en cualquier etapa del ciclo vital humano: infancia, adolescencia, adultez y vejez. Así mismo, las intervenciones del Psicólogo Clínico pueden ser llevadas a cabo de manera eficaz tanto con individuos, como con grupos, con familias o con comunidades e instituciones, además de con otro tipo de organizaciones.

Esta disciplina se basa en el mejor conocimiento científico disponible para lograr que la salud y el bienestar de las personas mejore y para aumentar la calidad de las prestaciones sanitarias relacionadas con la salud mental.


Marco legislativo

Las leyes y normas básicas que regulan la práctica de la Psicología Clínica en España, o que le afectan por tratarse de una profesión sanitaria, son las siguientes:

Código Deontológico del Psicólogo: uno de los cometidos que asigna la ley a los colegios profesionales es el de la ordenación del ejercicio profesional. El Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos se encarga del desarrollo del correspondiente Código Deontológico, que sirve como “regla de conducta profesional, en el ejercicio de la Psicología en cualquiera de sus modalidades”.


Real Decreto 2490/1998, de 20 de noviembre, por el que se crea y regula el título oficial de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica: mediante este Real Decreto se crea y regula la primera titulación oficial de la psicología sanitaria. Se reconoce al Psicólogo Clínico el nivel de especialista y por lo tanto las leyes que regulan su ejercicio y las condiciones laborales son las mismas que afectan al resto de especialistas sanitarios.


Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias: en la que la especialidad en Psicología Clínica se reconoce como profesión sanitaria y se regulan los aspectos básicos “en lo que se refiere a su ejercicio por cuenta propia o ajena, a la estructura general de la formación de los profesionales, al desarrollo profesional de éstos y a su participación en la planificación y ordenación de las profesiones sanitarias”.

Ley 55/2003, de 16 de diciembre, del Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud: donde se regula la relación funcionarial especial del personal estatutario de los servicios de salud integrados en el Sistema Nacional de Salud. Los licenciados especialistas se equiparan al Grupo A de clasificación de los funcionarios públicos.


Más sobre legislación en Psicología Sanitaria en el excelente trabajo del siguiente enlace, obra de gente de AGAPIR: pincha AQUÍ.

Las personas con el título de Psicólogo Clínico tienen la consideración de Facultativo Especialista de Área en todo el Sistema Nacional de Salud. Los documentos mencionados sientan las bases legales de las competencias de este profesional (evaluación, diagnóstico clínico, responsabilidad sobre los tratamientos, emisión de informes, indicación de ingresos y altas, etc.), que serán vistas con más detalle en otro punto del presente informe.


Formación

En la actualidad, la única vía de acceso al título de Especialista en Psicología Clínica es mediante el sistema de Formación Sanitaria Especializada del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a través del período de residencia hospitalaria PIR.

Como se señaló en la introducción, la primera convocatoria estatal (que todavía no daba acceso al título de Especialista) se realizó en el año 1993. En Abril de 1996 se aprobó el programa que definió los contenidos de la formación sanitaria especializada en Psicología Clínica hasta el año 2009, elaborado por la Comisión Nacional de la especialidad. El programa formativo vigente es el que está recogido en la Orden SAS/1620/2009, de 2 de junio, por la que se aprueba y publica el programa formativo de la especialidad de Psicología Clínica.

El acceso a la formación se lleva a cabo mediante un examen nacional y es un requisito imprescindible el haber finalizado los estudios de Licenciatura (o Grado, actualmente).

El programa está estructurado en torno a una formación básica en Psicología Clínica que permite al residente adquirir las competencias que corresponden al Psicólogo Clínico. Persigue una serie de objetivos generales y específicos, siendo los primeros los que se citan a continuación:

  • Capacitar a los psicólogos clínicos en formación para el desempeño de la especialidad, desde una perspectiva ética, de atención integral, atendiendo adecuadamente los niveles de promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación.
  • Capacitar a los psicólogos clínicos en formación para el desempeño de las tareas propias de evaluación, diagnóstico, intervención, y tratamientos psicológicos, de la manera más eficaz y eficiente posible, atendiendo a los máximos estándares de calidad científica disponibles en cada momento.
  • Capacitar a los psicólogos clínicos en formación para el ejercicio interdisciplinario que requiere una concepción multidimensional, tanto del ser humano, como de los procesos de salud y enfermedad.
  • Capacitar a los psicólogos clínicos para conocer y manejar adecuadamente las variables y factores institucionales que están presentes e intervienen en el desempeño de la actividad clínico-asistencial en sus diversos niveles y contextos”.

El programa formativo sigue pautas similares a las de otros programas de formación sanitaria especializada de profesiones médicas y su duración total es de cuatro años. El grueso del contenido es de carácter práctico. El residente de Psicología Clínica realiza estancias de diferente duración en los dispositivos y unidades del servicio de salud de su Comunidad Autónoma, siguiendo, en la medida en que las necesidades y características del servicio lo permitan, el itinerario mostrado en la Tabla 1.

Durante los cuatro años de formación, las residentes tienen asignado un Tutor o Tutora, que debe poseer el título de Especialista en Psicología Clínica. Las funciones del Tutor son complementadas por las de los Supervisores de cada una de las rotaciones que el PIR realiza. La psicóloga en formación va adquiriendo progresivamente mayor autonomía a lo largo del período formativo.


Programa
Duración (en meses)
Atención comunitaria, ambulatoria y soporte de la Atención Primaria
Atención Primaria
Adicciones
Rehabilitación
Hospitalización y urgencias
Psicología clínica de la salud. Interconsulta y enlace
Psicología Clínica Infantil y de la Adolescencia
Programas para el desarrollo de Áreas de Formación Específica
Rotación de libre disposición
12
3
4
6
4
6
6
4
3

Tabla 1. Distribución de rotaciones del programa PIR.

La formación práctica se complementa con otra de tipo teórico cuyos contenidos están relacionados con la Psicología Clínica, con el ámbito clínico-asistencial y con otro tipo de cuestiones que forman parte de la formación transversal común a otras especialidades en Ciencias de la Salud. Además, el sistema PIR incluye la prestación de servicios en concepto de atención continuada, con carácter formativo.

Viñeta de Alberto Montt.

martes, 21 de febrero de 2017

El problema no es la pobreza, es... ¿que no somos positivos?

Llego a casa tras la jornada de trabajo de la mañana y me encuentro en el buzón con el último número de “Papeles del Psicólogo”, revista del Consejo General de la Psicología de España, que recibo periódicamente por el mero hecho de estar debidamente colegiado. Veo que el tema monográfico de este volumen se titula “Psicología clínica aplicada: clínica y educación” y me empieza a invadir una ligera inquietud, a la que contribuye la imagen de portada: una mujer con un papel delante de su cara en el que se dibuja una sonrisa.

Me armo de valor y abro la revista. Un rápido vistazo al índice de artículos no hace más que aumentar mi preocupación. Movido por un extraño impulso hacia lo desagradable, empiezo a leer por encima algunas líneas. Y me encuentro con esto:

Como se ha subrayado anteriormente (Layard, 2005), a diferencia de lo que podría pensarse, la causa de los mayores infortunios en los países industrializados no es la pobreza. Lo que da lugar al mayor sufrimiento son los problemas de salud mental”.

La inquietud aumenta y se transforma en rabia. Vuelvo a la portada para asegurarme de que estoy leyendo una revista de psicología. Releo la parte superior para asegurarme de que esto lo edita el órgano de un colegio oficial. No hay suerte, no me he confundido, no he abierto el panfleto escrito por un gurú que anuncia que el cáncer lo causan los problemas psicológicos o el hecho de vivir en pecado. Tampoco es una revista editada, con toda su buena intención, por un grupo de estudiantes que, a pesar de su buena fe, todavía no han entendido muy bien cómo funciona esto. No, lo escriben unas personas que trabajan en la universidad. Gente culta.

Creo que el fantasma de aquella entrada que escribí hace unos meses se ha despertado de nuevo, para volver a llevar este asunto de la psicología positiva hasta el extremo más absurdo. Y yo sigo pensando que algunas personas están muy confundidas. Las emociones positivas, las fortalezas, el afrontamiento saludable, el optimismo, etc., todo esto está muy bien y nadie niega que no sean factores a tener en cuenta de cara a mejorar la salud mental de la población. El problema es cuando nos metemos en terrenos pantanosos y mezclamos cosas.

Me parece una verdadera barbaridad dar a entender que el problema no es la pobreza, la desigualdad social, la enfermedad, la guerra, la violencia... El problema somos nosotros, que no se nos ocurre otra cosa que ponernos tristes porque no tenemos para comer, o una vivienda digna que reúna las condiciones mínimas para nuestra salud. El problema es que nos centramos en lo negativo y no sonreímos ante la adversidad. Increíble.

Hay otro artículo en la misma revista que habla de la psicología positiva aplicada al cáncer. Otra vez el mensaje de que si sufrimos, es porque no sabemos desarrollar emociones positivas y aprender de la desgracia y un largo etcétera. Qué pena.


Qué pena que este tipo de cosas salga de las bocas y teclados de algunos psicólogos. Este tema va más allá de nuestra disciplina, es una cuestión social y política. Decir que el mayor “infortunio” es la pobre salud mental es casi negar la relación directa entre pobreza o crisis económica (o cualquier otra situación social que se nos ocurra) y bienestar/malestar. Es hacerle el juego a los gobiernos y las instituciones que tienen la capacidad para cambiar las cosas. Es confirmar el discurso de “al mal tiempo, buena cara” y condenar a aquellos que no se quieren someter a este refrán a ser categorizados como “trastorno depresivo”, “trastorno de personalidad” o “trastorno adaptativo”.

Ya lo han dicho muchos expertos: la psicología y la psiquiatría pueden ser usadas (y de hecho lo son) como medios de control social. Deciden quién es normal y quién no y lo que hay que hacer con ellos. Y, para la psicología positiva, por supuesto, el que tiene un cáncer y llora y se enfada y el que tiene que hacer malabarismos para llegar a fin de mes y sufre terriblemente... son perturbados. Se han olvidado que las emociones cumplen una función, también las negativas. No es algo patológico que haya que erradicar. Son patológicas cuando se vuelven desadaptativas, pero no por si mismas.

Los psicólogos podemos hacer daño, más que ayudar, cuando adoptamos actitudes y discursos que mantienen problemáticas sociales. Al que tiene problemas en el trabajo porque su jefe le trata mal, le enseñamos técnicas y estrategias para gestionar las emociones. Por supuesto, esto puede ser (y en efecto lo es) de ayuda en muchos casos, pero nos olvidamos de otra parte muy importante. Yo cada vez invito más a menudo a las personas en este tipo de situaciones a que hablen con un representante sindical, con la dirección, que denuncien en los juzgados... Quedarse solo en ayudar a la persona a desarrollar estrategias de afrontamiento y no hacer nada más es contribuir al mantenimiento de una estructura perversa.

Por cierto, que mucho de lo que propone esta psicología clínica positiva que nos intenta vender la revista en el último número no es nada novedoso. El trabajo con puntos fuertes, con emociones positivas, con las estrategias de afrontamiento es algo básico que ya vienen aportado multitud de psicoterapias. Tampoco es cierto lo que se afirma en otra parte del artículo cuando dicen que “Desde sus inicios, la Psicología Clínica se ha centrado de forma fundamental en lo negativo, esto es, en lo patológico, en lo anormal, en los problemas, en los trastornos. Básicamente lo que interesaba conocer era lo que iba mal en los cerebros de las personas, en su conducta, en sus relaciones personales, en su vida emocional. Se pretendía encontrar respuestas a problemas candentes que destrozaban o deterioraban a quienes los sufrían...”. Muy al contrario, la Psicología Clínica se ha preocupado de buscar tratamientos eficaces e incluye entre sus competencias la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad.

Si, tal vez haya sacado un poco de contexto la frase de marras. Pero lo cierto es que, si no los autores del artículo, algunos profesionales no se dan cuenta que muchos de los problemas que categorizamos como de salud mental no lo son en absoluto o no son más que un síntoma de una sociedad que no proporciona ni garantiza la satisfacción de las necesidades básicas de todo ser humano. Y, ante eso, sonreír no vale de mucho. No deja de ser un papel con un dibujo de una mueca que nos ponen en la cara, pero que en el fondo no es nuestra verdadero rostro.

sábado, 11 de febrero de 2017

Psicoterapia en YouTube y resolución de la APA del 2012

Hoy traigo al blog un par de recomendaciones relacionadas con la psicoterapia.

La primera de ellas es la visita al canal de YouTube titulado “Psychotherapy Expert Talks”. Allí podemos encontrar entrevistas bastante extensas (entre 30-60 minutos de duración, por norma general) a grandes figuras actuales de la psicoterapia. Se trata de verdaderos expertos en el campo de la psicología clínica, la terapia, la formación y la investigación. David Barlow, Bruce Wampold, Michael Lambert, John Norcross son algunas de las personas que protagonizan este espacio tan enriquecedor.

De momento solo he visto las intervenciones de Wampold, Norcross y Scott Miller, todas ellas muy recomendables. No distan mucho de lo que podría ser una conferencia, mesa redonda o un artículo de reflexión.

La pega, para los que no dominan el idioma, es las entrevistas son íntegramente en inglés. Se puede activar en YouTube la opción para que se generar subtítulos de forma automática (también en inglés), aunque dependiendo del acento del interlocutor la traducción puede ser mejor o peor. En cualquier caso, un canal de cabecera para el fanático de la psicoterapia.




La segunda recomendación es la lectura de un documento publicado por la APA en el 2012, que ha venido a mi mente después de encontrarme en un examen de oposición una pregunta en la que se hacía referencia al mismo. Se puede acceder libremente al contenido original (también en inglés) pinchando en el siguiente título: “Recognition of Psychotherapy Effectiveness”. 

Las ideas más importantes de esta resolución de la APA incluyen definiciones de conceptos fundamentales y las conclusiones a las que se ha llegado a través de la investigación.

  • La psicoterapia se define como una práctica diseñada para aliviar síntomas, lograr cambios personales, reducir futuros episodios sintomáticos, mejorar la calidad de vida, promover el funcionamiento adaptativo en la escuela, el trabajo o las relaciones con otras personas, aumentar la probabilidad de hacer elecciones saludables y ofrecer otros beneficios a través de la colaboración entre psicóloga y cliente/paciente. 
     
  • Resaltan la importancia de la alianza terapéutica, entendida como la relación establecida entre profesional y paciente, formada por el vínculo que se crea entre ambos, así como por el acuerdo en las metas de la terapia y en los medios para alcanzarlas.

  • Recuerdan que, en psicología, la práctica basada en la evidencia se define como la integración del mejor conocimiento científico con la experiencia clínica, teniendo en cuenta las características del paciente, su cultura y sus preferencias. Es importante repetir este concepto porque todavía es común que algunas personas lo confundan con el de “tratamiento basado en la evidencia”, con los perjuicios que esto puede ocasionar.

  • Se ha demostrado ampliamente que la psicoterapia tiene efectos significativos y que esta eficacia se produce a la hora de tratar diferentes condiciones diagnósticas. Los mejores o peores resultados están más relacionados con ciertas características de la persona (cronicidad, intensidad y apoyo social, por ejemplo) que con el diagnóstico clínico.

  • Comparados con los de los fármacos, los efectos de la psicoterapia suelen durar más tiempo y hacen menos probable que las personas necesiten nuevos tratamientos en el futuro (adquieren habilidades o cambios de otro tipo que les sirven para afrontar nuevos episodios por su cuenta y con eficacia).

  • Diversos estudios han mostrado que varios tipos de psicoterapia son eficaces y que tanto las características del cliente como del terapeuta afectan a los resultados del tratamiento.

  • La psicoterapia es un tipo de intervención que reduce costes sanitarios y el uso de la medicación. Se menciona también la reducción de costes que puede suponer su uso adecuado en servicios de atención primaria.

  • Es una intervención eficaz tanto en niños, como adolescentes, adultos y personas mayores. Tanto el formato individual, como el grupal y el familiar han mostrado ser eficaces.

  • Se insiste en la importancia de seguir investigando los factores que influyen en los resultados de la psicoterapia y en la búsqueda de una metodología que permita adaptar el tratamiento a las características, necesidades, preferencias y otros aspectos del cliente, terapeuta y contexto.

Y todo esto no es simplemente una seria de afirmaciones hechas sin base alguna. Al final del documento se puede encontrar una buena colección de referencias que demuestran el estado actual y científico de esta disciplina.

jueves, 2 de febrero de 2017

Programa de Apoyo a Familias

Si, sigo aquí, no he abandonado el blog. Estoy intentando hacer un poco de hueco para escribir más, pero estas últimas semanas he tenido mucho trabajo y mucho papeleo que hacer. Hoy voy a hablaros de una de las cosas que me tiene muy (agradablemente) ocupado, un programa en el que participo como colaborador externo.

Hace una semana, el 23 de Enero, participé en una ponencia, junto a otras compañeras, dentro de la “Jornada Interinstitucional de Atención Temprana”, celebrada en Avilés y dedicada a “la coordinación entre Salud Mental, Servicios Sociales y Educación”. En dicha conferencia, presentamos el Programa de Apoyo a Familias (PAF), unos de los programas del Centro de Iniciativas, Solidaridad y Empleo (CISE).


CISE es una institución nacida en el año 1987 en Gijón, cuyo objetivo inicial fue dar respuesta a un importante problema de desempleo. Actualmente, tiene cuatro programas complementarios: de inserción socio-laboral, programa infanto-juvenil (centro de día), PAF y un programa de reciente creación para apoyar a madres adolescentes.

PAF es un programa de intervención psico-social dirigido a lo que se suele denominar “familias multiproblemáticas”, una etiqueta que hace referencia a familias en las que dos o más miembros atraviesan por problemas psico-sociales. Atendemos a personas con ingresos bajos (la atención es gratuita para ellos), en gran parte originarios de países latinoamericanos, aunque también europeos y de otros lugares. Partimos de un enfoque sistémico, en un sentido amplio, entendiendo que el foco de intervención son la familia y los sistemas en los que están envueltos.

Por norma general, el hecho de que haya dos o más problemas implica que el número de instituciones intervinientes sea grande. Se trata de familias “multiasistidas”, que suelen tener procesos abiertos con Servicios Sociales, Salud Mental, Asociaciones y Centros Socio-educativos y de otro tipo, equipos de Orientación Escolar, etc. Uno de los puntos más importantes del programa es el trabajo de coordinación con el resto de intervinientes. En no pocas ocasiones, este tipo de casos desafía a los profesionales que tratan de ayudar, viéndose abrumados por la cantidad de dificultades presentes y, a veces, arrastrados por las “narrativas saturadas de problemas” (como diría Michael White) que traen consigo. Trabajar de forma coordinada con otras instituciones facilita la creación de nuevas historias, nuevos puntos de vista sobre las personas atendidas, en los que salen a la luz sus puntos fuertes y potencialidades y se reconoce el trabajo hecho por las partes implicadas. La falta de comunicación entre los profesionales que tratan a una misma familia puede crear problemas que, en última instancia, perjudiquen a aquellos a los que queremos ayudar. Frente al conflicto y la competencia entre organismos, nosotros abogamos por el respeto y reconocimiento del trabajo de los otros.

Como se puede entrever en el párrafo anterior, el enfoque de la terapia narrativa es otro de los pilares de nuestras intervenciones. El uso de cartas y documentos escritos es habitual en el equipo. No nos olvidamos tampoco de la teoría del apego de Bowlby ni de conceptos de psicología evolutiva tan importantes como el andamiaje y la zona de desarrollo próximo.

No hacemos diagnósticos médicos al estilo de las clasificaciones como la CIE-10 y el DSM-V. Diagnosticamos las dificultades de los miembros de la familia y del sistema en si mismo, de manera que obtengamos una guía acerca de en qué aspectos intervenir y de qué manera, adaptando la ayuda proporcionada a las necesidades particulares de cada caso. Los objetivos generales giran alrededor del cambio de estrategias de afrontamiento ineficaces, mejora de la comunicación, solución de problemas... así como los objetivos específicos habituales que han mostrado ser eficaces en las terapias familiares (trabajo con jerarquías, límites generacionales, pautas de parentalidad positivas, etc). El programa cuenta también con un servicio de mediación familiar.

El PAF está coordinado por una Doctora en Psicología y lo completamos dos Terapeutas Familiares, una Psicóloga Sanitaria, dos Psicólogos Clínicos y dos Trabajadoras Sociales. Todos tenemos algún tipo de formación o experiencia en terapia familiar sistémica. No solo somos un equipo, si no que también trabajamos en equipo. Esto significa que, aunque sea solo una profesional la que se encuentre dentro de la consulta con la familia, siempre tratamos con otros integrantes del equipo cada caso individual en sesiones de supervisión, informando previamente a los consultantes de ello. El hecho de estar varios terapeutas implicados nos da mucha mayor flexibilidad y versatilidad a la hora de intervenir.

No tenemos un número limitado de sesiones. Trabajamos con citas semanales o quincenales, habitualmente, de alrededor de 60-90 minutos de duración. Utilizamos cuestionarios para evaluar el progreso de la terapia y la relación terapéutica, haciendo un seguimiento a los 6 meses del alta del programa.

Desde Mayo de 2015 y hasta el día de hoy, por el programa han pasado 140 familias, derivadas desde otros programas de CISE, salud mental infantil, unidades y departamentos de orientación, servicios de pediatría, etc.

En definitiva, un modelo de intervención psico-social que tiene en cuenta las relaciones, no solo familiares, si no sociales e inter-institucionales, la comunidad, la multiculturalidad que busca proporcionar una ayuda “a medida” según las necesidades de cada familia, centrada en la búsqueda, desarrollo y potenciación de los propios recursos. Trabajar con estas familias y con el resto del equipo está siendo sin duda un experiencia muy enriquecedora y gratificante para mi. El feedback que nos dan los profesionales que trabajan en otros ámbitos y con los que nos coordinamos está siendo muy bueno y nos invita a seguir trabajando, con muchas ganas, en esta dirección.

viernes, 20 de enero de 2017

El factor de impacto de las revistas

La entrada de hoy no va estar basada en su mayor parte en contenido propio, si no que básicamente haré referencia a dos artículos que me parecen muy interesantes. El tema de hoy está dirigido a personas con conocimientos básicos sobre investigación y publicación en revistas, ya que se van a tratar cuestiones que pueden resultar excesivamente técnicas o farragosas para quienes no están familiarizadas con este tipo de contenidos.

El factor de imparto es una fórmula matemática empleada para medir la importancia/calidad de una revista científica determinada, basándose en el número de veces que se citan artículos publicados en la misma. A grandes rasgos, la idea que subyace a este método es que existe una relación entre el número de artículos citados y la calidad de la revista donde fueron publicados. De esta manera, se crea un ranking en el que se ordena, en torno a un tema determinado y en función del valor del factor de impacto adquirido, a las diferentes revistas del sector.

El método no está exento de críticas y controversias. Se puede incluso manipular. A este respecto, merece la pena leer el siguiente artículo publicado en un blog, donde podemos leer cosas como las siguientes:

El factor de impacto es una medida que carece de fiabilidad y validez. (...). Es un indicador métricamente muy cuestionable. Y lo es sin necesidad de que nadie lo piratee. Pero más cuando hay gente que, intencionalmente, pone de su parte para introducir ruido, para que revistas irrelevantes vean su factor de impacto disparado. De este modo, investigadores que publican en revistas mediocres pueden aparentar tener mejores currícula de lo que les correspondería. E investigadores que merecerían un puesto de trabajo pueden perderlo, por la distorsión introducida por algunos grupos de investigación que piratean desde la inmoralidad y la irresponsabilidad un indicador social y profesionalmente relevante.”

Recientemente, Miguel Santos y Luis Fernández-Ríos han publicado un artículo titulado “El factor de impacto y el futuro de las revistas académicas. El riesgo de patologización”, que se puede leer pinchando en el título.

Es un trabajo muy interesante y de lectura más que recomendable, en el que se advierte acerca de los riesgos del uso del factor de impacto y de la relevancia que se está dando al hecho de que los profesionales publiquen, entrando en una carrera en la que la calidad y relevancia de los contenidos compartidos brilla por su ausencia.

Dejo aquí algunas frases del trabajo que me parece importa resaltar, recomendando de nuevo su lectura completa:

El dilema en la cultura universitaria actual de no pocos países es publish or perish, publicar o perecer. Publicar artículos en revistas con factor de impacto se ha convertido en algo prioritario dentro de la cultura epistémica universitaria (…) El investigador que no lo tenga [el factor de impacto] forma parte de un montón anodino de académicos sin mérito y dignidad científica”.

Parece ser que el factor de impacto está pensado para un mundo ideal, en el que los evaluadores son justos y competentes(...) las revistas de calidad y el correspondiente factor de impacto, constituyen un “ciclo competitivo perverso”, cuyas consecuencias son más negativas que positivas. Además, que un trabajo tenga factor de impacto bibliométrico no implica que el trabajo tenga impacto social”.

Las revistas académicas, en cuanto fabricadoras, productoras y transmisoras de artículos con factor de impacto, se convierten en una mercancía, y en un instrumento de control académico y social del conocimiento y del pensamiento de los investigadores. Como bien señalan Brembs, Button, y Munafò (2013): <<La atención prestada a la publicación en revistas de alta calidad puede distorsionar la comunicación de los avances científicos, tanto dentro como fuera de la comunidad científica>>”.

La búsqueda del factor de impacto puede llegar a controlar lo que los investigadores deben pensar y hacer”.

El índice de impacto actúa como mercancía de intercambio entre investigador y organización universitaria para satisfacer una necesidad individual, organizacionalmente impuesta. La lucha por el índice de impacto produce artículos como mercancía, pues se convierten en trabajo productivo y le añaden valor. Es así que un artículo publicado en una revista de calidad no crea, primordial y necesariamente, conocimiento, sino utilidad organizacional para su autor o autores”.

"Si tu factor de impacto es superior a 10, entonces puedes entrar. Si es más bajo, bueno..."

martes, 3 de enero de 2017

Un año de trabajo

Este mes de Enero de 2017 se cumple un año del inicio de la actividad de mi consulta privada y del comienzo de este blog. Mi objetivo para estos primeros 12 meses se ha cumplido: “sobrevivir” a la vida del autónomo, de ser gestor de mi propio negocio. Muchas personas me advirtieron que el primer año era el más difícil. Y yo, ciertamente, no me puedo quejar. A día de hoy puedo vivir de mi trabajo, de una profesión que me encanta practicar, haciendo las cosas como creo que se deben hacer para obtener buenos resultados.

El 2016 ha sido un año en el que seguido refinando mi manera de trabajar, mi método para poder ayudar al mayor número de personas posible. Me siento muy satisfecho de haber sido útil para una parte de los consultantes y de no abandonar mis principios ni la ética en ningún momento. Me siento también motivado para seguir mejorando y analizar qué fue lo que falló en aquellos casos en los que no conseguimos alcanzar los objetivos. Continuaré tratando de adaptar la psicoterapia a las características, necesidades y preferencias de cada persona, siempre buscando la brevedad y el respeto por el ritmo de cada uno.

Es el momento de agradecer públicamente a las personas que depositaron en mi su confianza, desde todas las consultantes que después de la primera entrevista decidieron trabajar conmigo hasta a otros profesionales, conocidos y amigos que, cuando fueron preguntados por un psicólogo, recomendaron mi consulta. Son muchas las personas que el año pasado se pusieron en contacto conmigo, más de lo que cabría esperar teniendo en cuenta el poco tiempo que llevo trabajando de forma privada. Y nuevos casos siguen llegando, lo que me hace pensar que algo estaré haciendo bien para que la confianza se mantenga.


Estos meses estuvieron acompañados de diversas anécdotas. Trabajé hasta en tres despachos diferentes. El primero se quedó sin disponibilidad de un día para otro. Y aquello fue muy bueno para mi a largo plazo, a pesar del estrés que supuso en su momento. Así comencé a compartir espacio con otra psicóloga, Elisabeth, con la que establecí una buena relación. Pero este tampoco iba a ser mi lugar de trabajo definitivo. Un día nos encontramos con la noticia de que una inundación en el edificio había destrozado la consulta. Una nueva crisis, una nueva oportunidad. Nos fuimos a un sitio diferente y, este si, va a ser el definitivo: más luminoso, más céntrico, con mayor seguridad y haciendo que fuera nuestro espacio, desde el principio. En los últimos meses, Jose, psicólogo clínico también, se ha unido a nosotros. Aunque los tres trabajemos de forma independiente, el hecho de compartir un espacio nos da la oportunidad de sentirnos acompañados en el día a día, intercambiar inquietudes y supervisar casos, entre otras cosas.


Estas buenas compañías me han dado la oportunidad, desde hace un par de meses, de empezar a colaborar en el Programa de Apoyo a Familias de CISE, donde trabajamos desde un enfoque sistémico con personas con múltiples dificultades. Un trabajo complicado, pero a la vez desafiante, emocionante y agradecido.

También ha sido un buen año en cuanto a posicionamiento en Internet. Desde hace varias semanas, mi página web ( www.albertogimeno.es ) es uno de los resultados que se muestra en la primera página de Google cuando se buscan los términos “psicólogo” y “gijón”. Aquí toca agradecer de nuevo a mi hermano, artífice del diseño y construcción de la página. Parte de su trabajo se puede consultar enunlugarajeno.

El uso frecuente de las redes sociales también ha contribuido a la buena posición de mi página web. El número de visitas medias de este blog, por ejemplo, ha ido aumentando progresivamente a lo largo del año. Algunos de los artículos han superado las 4000 visitas y en la actualidad, el blog ha sido visitado más de 50.000 veces. Lejos, por supuesto, del número de lecturas que pueden tener blogs de mucho éxito; pero creo que es una cifra considerable para tratarse de una temática tan específica como es la psicología clínica.

Los artículos que más éxito han tenido fueron los de reflexión sobre diferentes temas candentes de la psicología. No me siento muy cómodo escribiendo entradas del estilo “cómo afrontar la depresión”, a pesar de que puedan servir como una buena forma de publicidad. Aunque al principio escribiese alguna cosa similar, me agrada comprobar que he sido fiel a mi mismo y que he tratado de escribir sobre aquello que me resultaba interesante.



En este punto comienza el Año II de mi andadura en la sanidad privada. Los objetivos para los próximos 12 meses son seguir creciendo y mejorando para ofrecer un servicio de la mejor calidad posible. Eso en cuanto a mi actividad laboral. En otros ámbitos, el plan es seguir luchando por una sanidad pública de calidad y accesible para todo el mundo y por el buen desarrollo, dignidad y proliferación de los servicios de psicología clínica.

¡Feliz 2017!